Cada segundo, cada instante de este día, vívelo plenitud¡Por fin!
¡Hoy es el gran día!
¡Feliz Navidad!
Sé que lo lograste. Renovaste tu vida.
Ahora… ofrécela al pequeño Jesús. Te extiende sus bracitos para que lo cargues. Te mira y te sonríe complacido.
Qué maravillosa es la Navidad.
Desde este momento no pases un día sin hacer una buena obra, mostrando lo mejor de ti.
Haz cosas grandes, que trasciendan. El Amor, es la más grande de todas.
Olvidaba comentarte que todos recibimos obsequios en Navidad. Estos serán los tuyos: la hermosa sonrisa que le sacaste al pequeño Jesús, tu vida, tu familia, tu trabajo, tu anhelo de cambiar y ser una mejor persona para Jesús.
Cada segundo, cada instante de este día, vívelo plenitud.
Y sé feliz.