Una relación sexual fuerte y satisfactoria exige un poco de trabajo y reflexión
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El anillo de compromiso ya está en el dedo, ya están elegidos la iglesia y el lugar donde se celebrará. Hay que probarse vestidos, tartas que saborear e invitaciones que mandar, por no hablar de las fiestas de compromiso, de los miembros de la familia que se encontrarán y un largo etcétera…
¿Y si nos concentrásemos más en la relación que en los detalles de la planificación?
Consejeros y expertos en relaciones dicen que hay buenos motivos para añadir un nuevo punto en la planificación del matrimonio: hablar de cómo estar seguros de que el día de la boda sea el inicio de una unión verdaderamente satisfactoria e íntima.
Los expertos dicen, de hecho, que el sexo en el matrimonio es más importante cuando una pareja está firmemente comprometida. “Como no puedes volar sin alas, no puedes tener una buena sexualidad en el matrimonio sin una sólida base emotiva”, afirma la terapeuta experta en matrimonio y familia Jennine Estes, de San Diego.
¿Cómo pueden marido y mujer prepararse para consolidar este tipo de base? Aquí os dejamos 5 sugerencias de profesionales que trabajan todos los días con parejas sobre cómo asegurar que la intimidad matrimonial sea una parte satisfactoria y fundamental de la propia relación.
1. Dejadle un sitio a un consejero en vuestro lecho matrimonial
Aconsejarse es un modo inteligente de poner una base sólida en un matrimonio. Si el famoso aventurero Bear Grylls apareció en los periódicos admitiendo que él y su mujer pidieron ayuda a un consejero cuando todavía eran unos felices recién casados como medida preventiva para reforzar su relación, la mayor parte de los expertos concuerda en la importancia del consejero en el noviazgo y en el vínculo entre la relación emotiva y la sexual.
“Una pareja debe programar un asesoramiento prematrimonial al principio del periodo del compromiso”, afirmó el doctor Dale Keeton, asesor cristianos sobre matrimonio y familia en Washington, Dc.
“Si los futuros esposos esperan hasta un mes antes de la boda o menos, probablemente estarán demasiado ocupados con los preparativos para dar suficiente atención mental y emotiva al proceso de asesoramiento”.
Para Keeton, un regalo ideal de bodas por parte de los parientes cercanos podría ser un bono para una asesoría prematrimonial o para un retiro prematrimonial.
“He pensado, a menudo, que era irónico que una pareja se gaste 10.000 dólares (o más) en una boda y no se gaste 400 o 500 en algunas horas que les ayuden a desarrollar un matrimonio sano”, declaró.
La asesora Nancy Piña afirmó que antes del matrimonio es fundamental afrontar los desafíos específicos de las propias experiencias pasadas y años formativos.
“Embarcarse en el matrimonio con fuertes barreras en la intimidad es injusto para el futuro cónyuge y en el futuro provocará estrés, tensión y ansia”, sostiene.
“Un matrimonio emotivamente sano tendrá un nivel de curación, pero esperar que el cónyuge sea la fuente de curación es no solo injusto sino irreal”.
Un consejero tendrá también los instrumentos para hacer frente a las cuestiones que pueden influir sobre la vida matrimonial de una pareja, como traumas del pasado, problemas de imágenes corpóreas, dependencias…
“Algunas cuestiones fundamentales, como el miedo a la intimidad y la dependencia de la pornografía, exigen seguramente, una plena comprensión y una clara expectativa de cómo esto podría influir en el matrimonio”, observa Mike Hattabaugh, formador a nivel de relaciones, escritor y docente de comunicación.
“Cuanto más abiertos se sea antes de decir el ‘sí’, más se será capaz de resolver los problemas”.
2. Buscad los consejos de una pareja felizmente casada
Durante milenios, las jóvenes parejas han consultado a parejas casadas desde hace mucho tiempo para que les dieran consejos y perlas de sabiduría sobre cómo tener un matrimonio feliz. Esto incluye todos los aspectos de la vida, inclusive la intimidad física.
Obviamente son necesarias la apertura y la valentía para discutir y compartir aspectos profundamente personales de una relación, como el sexo o las cuestiones emotivas que influyen en un matrimonio en el transcurso de los años.
Muchas parejas felizmente casadas desde hace tiempo están dispuestas a compartir sus propios secretos sobre cómo han conseguido que las cosas funcionen.
“La realidad es que la mayor parte de las parejas no sabe cómo funcionará el sexo en su relación”, dijo Hattabaugh. “Otra pareja puede ayudarle a comprender que puede ser una bellísima parte del matrimonio si entienden que exige tiempo esfuerzo”.
Puede parecer un poco extraño plantear preguntas personales a una pareja que quizás no se conoce bien, pero es necesario aprovechar de la sabiduría que se puede obtener de un matrimonio que ha superado muchos problemas y que es todavía feliz.
3. Olvidaos de lo que la sociedad os dice
Nuestra sociedad está saturada de sexo y no apoya las cosas que hacen un matrimonio sano y feliz.
Los consejos que encontramos en las revistas pueden disipar parte del misterio de la intimidad física y promover la idea falsa de que hay una modo “justo” para estar con el propio cónyuge.
En realidad es lo contrario: un matrimonio es la unión de dos personas únicas, y solo ellas pueden determinar el modo en el que la relación debe proceder y crecer.
“El refuerzo cotidiano de los vínculos matrimonial y la profundización de la intimidad en el aspecto amistoso del matrimonio los que elevan el nivel de satisfacción más que otra cosa”, afirmó Piña.
Hattabaugh observa que los medios de comunicación dan a las parejas unas expectativas irreales sobre la intimidad sexual.
“Nuestra cultura ha convertido el acto sexual en una actuación”, declaró. “Tenemos expectativas irreales sobre las posiciones sexuales o sobre la duración temporal o muchas ideas falsas sobre lo que es “un buen sexo”. Cuánto menos os fijéis en esas cosas, mejor”.
Y esto nos lleva a lo que los expertos consideran que sea lo más importante cuando se habla de tener una relación sexualmente satisfactoria en el matrimonio…
4. Concentraos en la conexión emotiva y espiritual
Renunciar al sexo hasta después del matrimonio es visto por muchos como algo anticuado, antifeminista…
Muchas personas piensan que tener sexo ayuda mejor a conocer al cónyuge antes de comprometerse para toda la vida, pero hay un aspecto del que se habla menos que es la sabiduría psicológica de la espera, y no tiene nada que ver con las convicciones religiosas, los valores personales o incluso culturales.
“Cuando nos concentramos sobre todo en el sexo, como sucede en la mayor parte de nuevas relaciones, el conocimiento recíproco es inferior, y muchos se casan sin conocer las necesidades y los deseos recíprocos a nivel emotivo”, afirma Nancy Piña.
“Cuando los focos se alejan del sexo, las parejas se pueden beneficiar de descubrir su verdadera compatibilidad fuera de la relación física, que es lo que determina si el origen de su relación es amor o deseo”.
Una intimidad que dura toda la vida tiene poco que ver con el sexo en sí. Tiene que ver con el hecho de estar vinculado a nivel emotivo y espiritual, y esto tendría que comenzar durante el noviazgo. Un modo para hacerlo es conocer de verdad al cónyuge antes de empezar el viaje.
“Comprender cómo el futuro cónyuge procesa las informaciones y llega a las conclusiones relacionadas con la vida cotidiana es un marcado esencial de compatibilidad, ya que la incompatibilidad en este aspecto creará frustración en incomprensión”, añade.
El periodo del noviazgo es un momento crucial para hacer que las parejas se concentren en su desarrollo espiritual. Construir una fuerte intimidad emocional y espiritual puede conducir a una unión sólida y duradera.
Para la doctora Nancy Piña, “explorar la verdadera profundidad de la fe del cónyuge y de sus convicciones es un elemento fundamental para dar solidez al vínculo matrimonial. Un matrimonio de éxito se basa en la preparación y en el compromiso para afrontar las circunstancias de la vida juntos”.
Hattabaugh y otros profesionales creen que la abstinencia durante el noviazgo es un modo de reforzar el matrimonio.
“Desviar la atención del sexo permite hablar de otros aspectos importantes de la relación y de la vida futura juntos, lo que puede hacer que el matrimonio sea muy sólido”, sostiene Hattabaugh.
5. Afrontar el tema con la actitud adecuada
Una pareja recién casada debería planificar una relación satisfactoria a nivel emotivo y físico.
“Es muy fácil caer en la rutina, permitiendo que las exigencias del trabajo, de los hijos y de la vida cotidiana lleven a la expresión física del amor al último puesto en la lista de prioridades”, sostiene Nancy Piña.
Un modo de mantener la intimidad en el centro del matrimonio es comenzar la propia unión con un fuerte sistema de valores y un destacado sentido de las prioridades.
“La relación más importante aparte de la que se tiene con el Señor, es la que se tiene con el propio cónyuge”, recuerda.
“Dios nos ha creado para expresar el amor a nivel físico y emotivo, y es ese el nivel de cercanía que las parejas alcanzan para reforzar su unidad”.
“No se casa un ‘marido’ o ‘una mujer’, sino una persona”, recuerda Hattabaugh. “Sus ideas serán distintas de las nuestras. Podremos descubrir que los estereotipos del matrimonio no se aplican a nuestra relación”.
No hay un modo para prepararse a un matrimonio profundamente satisfactorio, cada persona es única y tiene una única situación, su pasado…Las parejas debería comprenderlo y tener mucha paciencia.
“Un cónyuge tendrá, probablemente, un nivel de deseo sexual más elevado que el otro”, observa Hattabaugh. “Podrá tener límites que no se pueden superar. Estos límites se pueden ampliar con el tiempo, pero solo si se cuida la relación”.
En febrero de 2014, el papa Francisco se dirigió, en la Plaza de San Pedro, a las parejas prometidas que se preparaban para el matrimonio.
Una pareja de Ciociaria le preguntó cómo amarse mejor en el matrimonio, y el pontífice respondió con algunas sugerencias útiles sobre cómo tratarse con respeto diciendo: “gracias” y acordándose de decir “perdona”.
Vivir juntos es un arte, un camino paciente, bello y fascinante. No termina cuando os conquistáis el uno al otro… sino que es ese momento en el que comienza”.