Magnificat anima mea Dominum, et exsultavit spiritus meus in Deo salvatore meo, quia respexit humilitatem ancillae suae.
Desde la Edad Media, el Magnificat del Evangelio de Lucas fue introducido en la tradición litúrgica de la Iglesia católica y todavía hoy forma parte de la Liturgia de las Horas, como cántico de las vísperas.
Los otros dos cánticos presentes en el Evangelio de Lucas son el Benedictus que se canta en las lodes matutinas y el Nunc Dimittis que se recita en las completas.
La Iglesia ortodoxa también usa el Magnificat en la celebración cotidiana de la mañana, entre la octava y la novena oda del canon.
El Magnificat está también en el Libro de la Oración Común de la Comunión Anglicana.
Oración del Magnificat
Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador;
porque ha mirado la humillación
de su esclava.Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Con música
Es uno de los pasajes de música sacra que ha sido más musicalizado, a partir del canto gregoriano para llegar a Claudio Monteverdi, Francesco Durante, Nicola Fago, Antonio Vivaldi, Johann Sebastian Bach, Nicola Porpora y Franz Liszt, pertenecientes al repertorio más clásico.
El Magnificat fue musicalizado también en clave moderna de numerosos artistas. Entre ellos está monseñor Marco Frisina, con la versión latina, cantada por la célebre cantante italiana Mina, y una versión italiana, interpretada por el Coro de la Diócesis de Roma.
Además, los compositores vivos Arvo Pärt y John Rutter escribieron un Magnificat respectivamente en 1989 y 1990.
Agradecimiento y alegría
Magnificat es la primera palabra del cántico de agradecimiento y de alegría que pronuncia María al responder al saludo de su prima Isabel, en el momento de su encuentro.
En las palabras de María no hay rastro de venganza. No hay enemigos que destruir, sino un mundo renovado.
En él también a los ricos liberados de sus riquezas vacías se les devuelve la dignidad de pobres.
Por Cecilia Team