Hay tantas escuelas y sistemas de entrenamiento que es difícil hablar de un único sistema de Reiki
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La mayoría de las disciplinas orientales traídas a occidente en la segunda mitad del siglo XX (Yoga, Artes Marciales, Meditación Zen, Tai Chi Chuan, Chi Kung, etc.) gozan del testimonio benéfico que han dejado a sus practicantes. Y es que, practicadas dentro de una buena purificación en contenidos y un serio discernimiento, no le es problema a nadie practicar cualquiera de ellas.
Sin embargo, es preciso discernir en cada caso concreto, ya que muchos maestros del ambiente “New Age” crean su propia ensalada “mística” con aires de ciencia moderna y se postulan como una alternativa mágica a la medicina, al tiempo que adoctrinan en una visión esotérica y mágica de la realidad, presentando como ciencia simples supersticiones.
El Reiki es una de las más difundidas en los últimos años. No es una terapia, sino una práctica mágico-religiosa, con ritos iniciáticos y una espiritualidad panteísta que se amalgama con elementos cristianos, y con no pocos principios esotéricos, según las diversas escuelas o sistemas.
¿Qué es el Rei Ki?
El Reiki es definido como “camino espiritual” o” sistema de crecimiento espiritual” por varios de sus maestros. Como un “método natural de curación por medio de la energía universal, cósmica”.
“Rei Ki” es un término de origen japonés que se refiere a la “energía vital (ki) universal (rei)” que fluye a través de una persona que ha sido “sintonizada” en Reiki.
“Rei” describe el ser universal, impersonal, omnisciente, que otorga vida, como los rayos del sol a los seres vivos. “Ki” es lo que emana del “rei”, es la energía o fuerza vital que pasa a través de todo lo que vive. Usualmente traducen “ReiKi” como: “Energía Universal guiada espiritualmente”.
El Reiki afirma que las enfermedades son siempre ocasionadas por un “desequilibrio” en la “energía vital”. Por ello hay que encontrar “la armonía”, “el equilibrio” de la energía existente en los diferentes centros energéticos del cuerpo (chakras), mediante la imposición de manos.
Muchos de sus practicantes prometen un gran alivio al que lo recibe, en el plano físico y espiritual, una gran relajación y una plena sensación de paz interior, una nueva vida.
Los centros de Reiki otorgan cursos de hasta tres y cuatro niveles:
En el primer nivel se abren los cuatro chakras inferiores, que funcionan como canales receptivos de energía (otros autores hablan de “aprender a sintonizar la energía” y no hablan de apertura de chakras), mediante unas ceremonias establecidas y se aprende a usar las manos para la curación.
En el segundo grado se dan otros pasos iniciáticos y se dan a conocer los símbolos que caracterizan la terapia Reiki, se pueden hacer curaciones a distancia (3º símbolo).
En el tercer nivel se alcanza la maduración y se llega a la maestría, aunque actualmente hay para ello un cuarto nivel. Con el sincretismo creciente y la mezcla con otras corrientes del New Age, van variando según cada Escuela y maestro.
“Sus practicantes consideran que todo lo existente es “energía”, desde el pensamiento hasta los elementos y nosotros seríamos por ende una irradiación de esa energía.
Según esta concepción, el “campo” que produce la energía que nos rodea está compuesto por varias capas que nos envuelven y a lo largo de nuestras vidas se va llenando de traumas y problemas emocionales que quedan atrapados en él como en una red, produciendo bloqueos en el flujo de la energía universal de vida.
Esta energía supuestamente esencial para la vida, e incluso más importante que el aire y el agua, se estabilizaría mediante la sanación reiki, que ayuda al flujo de la misma a desbloquear los problemas energéticos que serían los indicadores de la enfermedad física” (Roberto A. Federigo).
Al “imponer las manos” sobre los demás, el reikista cree que la energía fluye entre dos o más personas con el único propósito de “compartir la sanación”. El reiki también puede aplicárselo uno mismo.
Ante una zona del cuerpo considerada de interés, se pueden mantener las manos sobre ella durante el tiempo que se considere necesario.
Y algunos hacen “reiki a distancia”, como una curación energética donde la mente enviaría energía sanadora a través de una llamada telefónica o simplemente “visualizando” a la otra persona.
Y aunque hay variedad entre los sistemas, muchos hacen “limpieza de 21 días”, o cosas por el estilo, donde se supone que se limpian “los chakras” para alinearlos y trabajar con “un nivel mayor de energía”.
Algunos incluso, influidos por la “Metafísica” esotérica, enseñan que el Reiki nos conecta con nuestros “Guías espirituales”, “Maestros ascendidos”, o “Jerarquías celestes”, donde además del santoral católico entran personalidades del esoterismo y figuras de la mitología griega y nórdica, cuando no algún extraterrestre.
Mikao Usui: El origen
La curación por el uso de “energía” tiene una antigüedad milenaria en Asia, pero el Reiki surgió a principios del siglo XIX con Mikao Usui (1865-1927), decano de una pequeña universidad en Kyoto (Japón), persona noble, virtuosa y admirada.
Un maestro con carisma de gurú, quien tuvo visiones místicas y creó este nuevo sistema curativo, que no es sólo una técnica, sino un camino espiritual.
Cuentan que subió al monte Kurama de Kyoto y que, en el curso de una meditación, recibió la capacidad de canalizar la energía universal.
Usui denominó Reiki al sistema de sanación natural que comenzó a divulgar desde entonces. Funda así en Tokio la “Usui Reiki Rioho Gakkai”, donde estableció ceremonias de iniciación para sus discípulos.
Hay que recordar que la religiosidad japonesa, antes de la llegada del budismo, era especialmente animista y el culto a la naturaleza siempre permanece en la religiosidad popular.
Mikao Usui conoce el shintoísmo tradicional, el budismo, el taoísmo y el cristianismo. Su sincretismo conserva elementos de diversas religiones.
En sus inicios, el Reiki surge como una secta (Energía Vital Universal), luego es traída a occidente (no del todo secularizada) como una práctica curativa.
En 1980 se instituyó la American International Reiki Association (AIRA), que contribuye a su difusión en los países occidentales.
El mismo nombre (Reiki) lo usan por igual la secta de Usui y la práctica presentada como “terapia alternativa o complementaria”, de ahí la confusión que se genera entre los investigadores.
Al igual que tantos otros maestros del oriente, Usui reedita algunos principios éticos del confucianismo y de otras tradiciones asiáticas.
En la actualidad existen diversas y variadas escuelas y sistemas de entrenamiento de Reiki, por las naturales escisiones que tuvo la versión original al llegar a Occidente, razón por la cual es difícil hablar de un único sistema de Reiki.
Si bien existen maestros de Reiki que lo enseñan en fidelidad a Mikao Usui, y no tienen intenciones de engañar a nadie, tampoco es serio presentarlo como una simple terapia, ya que aunque no use el nombre “religión”, lo es en los hechos, aunque de forma sincrética se presente como complementaria con cualquier otra creencia religiosa.
Es sabido lo difícil que es delinear la frontera entre lo terapéutico y lo espiritual en las disciplinas orientales. Al sostener trabajos sobre la espiritualidad de la persona, se está incluyendo siempre un contenido religioso implícito, aunque no se llame religión.
Sincretismo con el cristianismo
Parten de una cosmovisión dualista, de origen taoísta, la teoría de los opuestos (Yin – Yang), viviendo en una constante “guerra espiritual” contra las “energías negativas”, de las cuales se protegen con símbolos protectores (“escudos”), que son simples amuletos, que promueven una mentalidad mágica y supersticiosa.
Y por otra parte, subyace en sus escritos una divinidad de tipo panteísta, siendo Dios una energía impersonal que se puede canalizar.
Existe un fuerte sincretismo con elementos cristianos, como igualar al “Padre” con el “Ser Universal” y al “Espíritu Santo” lo homologan al “Ki” o energía vital. Jesucristo habría sido un “Maestro Reiki”.
Utilizan un lenguaje pseudocientífico para referirse a creencias mágicas y supersticiosas, retomando la antigua creencia gnóstica de la “chispa divina” que hay en el interior de cada uno (una parte de la divinidad) y la mayoría de sus adherentes creen en la reencarnación de las almas.
Los chakras
Si bien no todos los sistemas de Reiki utilizan el recurso a los chakras, la New Age ha dispersado en distintas terapias alternativas el uso de los mismos y con pretensiones de veracidad científica, que obviamente no tienen, porque su origen es hinduista.
Chakra es una palabra sánscrita de género masculino que significa “rueda, círculo”, es decir, los chakras son vórtices o centros muy activos, como un torbellino, de energía cósmica que existen en el cuerpo humano (7 principales en el hinduismo, 4 según el budismo).
Es una creencia de origen hinduista, relacionada con los 7 cuerpos (etéreo, físico, mental, astral, etéreo, sutil, anímico).
Son reflejo del cuerpo sutil, se encuentran en el cuerpo físico, y subsisten después de la muerte y contribuyen a la animación del feto en el instante de la reencarnación del alma en otro cuerpo. O sea, son una creencia religiosa.