No pasa muy a menudo en la Iglesia que se establezca una nueva fiesta litúrgica no asociada con el día festivo de un santo. Sucede en raras ocasiones y nunca se produce a la ligera. Sin embargo, en el año 2000, san Juan Pablo II canonizó a la mística religiosa polaca Faustina Kowalska y, durante la homilía, renombró oficialmente al Segundo Domingo de Pascua como “Domingo de la Divina Misericordia”.
Juan Pablo II lo hizo para respaldar las visiones de Faustina y para poner más énfasis en la Divina Misericordia en el siglo XXI.
Según explicó durante su homilía:
Domingo "in albis", Quasimodo y de la Divina Misericordia
Y a continuación el papa polaco proclamó:
Tradicionalmente, al Segundo Domingo de Pascua se le ha llamado también Domingo in albis, por las depuestas ropas blancas de los neófitos.
En la Edad Media se conoció como Quasimodo en referencia a las primeras palabras de la primera oración del día, el Introito, y que dice “como niños recién nacidos desead la leche espiritual pura” (“Quasi modo géniti infantes…”) (1 Pedro 2:2).
Víctor Hugo escogió este día para abandonar al niño jorobado de su obra de ficción a las puertas de la catedral de Notre Dame, de ahí su nombre, Quasimodo —que también puede significar “medio formado” —.
La respuesta de Cristo a la duda de Tomás
Este domingo, último día de la Octava Pascual, siempre ha incluido el pasaje del Evangelio de “Tomás el escéptico”.
Este pasaje particular nos recuerda la necesidad de entrar en el corazón de Jesús para limpiarnos a través de su misericordia.
Perdón total
Jesús, en una visión a santa Faustina, pidió que este Segundo Domingo de Pascua se llamara “Domingo de la Misericordia Divina”, según escribió Faustina en su Diario:
Este año 2022, el Segundo Domingo de Pascua cae en 24 de abril, así que en este día también celebramos el Domingo de la Divina Misericordia.