¡Comían bien estos prelados mientras debatían sobre problemas teológicos!
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Dice la tradición que la receta de estos huevos fue inventada durante el Concilio de Trento, que inició el papa Pablo III en 1545. En este concilio, el más importante de la Edad Moderna (el Vaticano I y II son ya de la Era Contemporánea), la Iglesia tenía que afrontar el grave reto que suponía la Reforma protestante, efectuar una reorientación general de la Iglesia y definir con precisión sus dogmas esenciales.
Trento es una bellísima ciudad italiana situada al sur del Tirol alpino, de fuerte influencia alemana. Como en todas las zonas de los Alpes, el Trentino es una región en la que la comida es sencilla pero contundente y sabrosa.
Para muchos prelados, los trabajos del Concilio fueron también jornadas de “descubrimiento” de la cocina local. Hasta el punto de que, por ejemplo, otro de los platos típicos de Trento hoy se conoce como “strangolapreti” (estrangula-curas), y consiste en una especie de albóndigas de pan con huevo, espinacas y queso, que según la tradición local, hacían las delicias de los padres conciliares.
Los primeros prelados que participaron, ciertamente tenían mucho que discutir en las reuniones y es así como eran apreciados platillos como este que te traemos hoy aquí, los Huevos del Concilio, muy simple y muy campesino, de pocos ingredientes y fácil preparación.
Ingredientes:
4 huevos
35 gr de harina
120 gr de chorizo
aceite de oliva
sal
Preparación:
Separar las claras de las yemas. Batir las claras con una pizca de sal y agregar poco a poco la harina hasta que el compuesto tenga una buena consistencia.
Calentar en una sartén bastante espaciosa un hilo de aceite y agregar 4 cucharadas del compuesto de huevo y harina dividida en 4 partes en la sartén, encima se agrega el chorizo cortado finamente y por ultimo las yemas que teníamos separadas, terminar de cocinar y luego servir e un plato.
Receta inspirada en la revista Il mio papa, año 4, número 49, pag. 50