Cruce Europa de este a oeste y de norte a sur con las rutas de la fe
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La Santa Sede se ha convertido oficialmente en el trigésimo segundo miembro del Instituto Europeo de Itinerarios Culturales. Con esta adhesión, ahora podrá poner en valor los itinerarios, rutas o caminos cristianos certificados que existen en Europa. Monseñor Maurizio Bravi, observador permanente de la Santa Sede ante la Organización Mundial del Turismo, espera que este hecho pueda poner en relieve la contribución del cristianismo a lo largo de los siglos hasta nuestros días e incluso concienciar sobre las raíces cristianas de Europa. A continuación se presentan diez itinerarios que sin duda contribuirán a ello.
Camino de Santiago
Seguramente se trata de la peregrinación más conocida de todas, frecuentada cada año por cerca de 100.000 peregrinos de media. A pie, en bicicleta o a caballo, esta antigua ruta ofrece una experiencia humana muy intensa y favorece el hermanamiento entre los viajeros y un vínculo especial con el territorio. El Camino de Santiago simboliza mil años de historia europea y un modelo de cooperación en todo el continente. El camino se puede iniciar en diversas ciudades de Europa. En Francia, normalmente se sale desde París, Vézelay, Le Puy-en-Velay o Arles. Pero el punto de llegada es siempre el mismo: Santiago de Compostela.
Ruta de San Martín de Tours
La ruta de San Martín simboliza la caridad por excelencia personificada en los actos del santo en Amiens, cuando cortó su abrigo con una espada para darle un trozo a un pobre que moría de frío. El caminante sigue así la ruta que emprendió el que un día llegaría a ser obispo de Tours, y recorre todas las etapas donde fue ejemplo de su santidad. De esta forma, los excursionistas pueden caminar unos 5000 kilómetros y atravesar más de 12 países europeos, desde Hungría hasta Francia. A lo largo de esta ruta se puede observar un rico patrimonio material e inmaterial, como monumentos, catedrales, leyendas y folclore.
La ruta transrománica
Sobre el año 1000, todos los artistas europeos se sintieron inspirados por la tradición romana y la tradición cristiana milenaria, lo que dio lugar a una arquitectura única: el estilo romano. A lo largo del camino se pueden admirar espléndidas catedrales, apacibles abadías y bellas iglesias medievales. Muchas de ellas pertenecen al Patrimonio Mundial de la UNESCO y se sitúan en ocho países entre el mar Báltico y el Mediterráneo.
La Vía Francígena
Esta ruta ancestral sigue durante unos 1800 kilómetros la antigua ruta de comunicación que conectaba la ciudad inglesa de Canterbury con Roma. El itinerario se inspira en el viaje realizado en 990 por Sigerico el Serio, arzobispo de Canterbury (primado de la Iglesia de Inglaterra), que regresó a Roma para recibir el palio de las manos del papa Juan XV. Sigerico describió precisamente las 80 etapas en un texto que ha llegado hasta nuestros tiempos. Esta vía, que fue nombrada posteriormente Francígena (el camino de los francos), está considerada como un puente entre las culturas de la Europa anglosajona y la Europea latina. La riqueza de los yacimientos arqueológicos y los edificios religiosos es testigo de la importancia de su papel en el pasado. Si se continúa más allá de Roma, la Vía Francígena del Sur permite visitar el Santuario de San Miguel Arcángel.
Red de sitios cluniacenses
A comienzos del siglo X, Guillermo el Piadoso, duque de Aquitania, fundó la abadía benedictina de Cluny en Borgoña (Francia). A lo largo de la Edad Media, Cluny se convierte en una realidad de civilización europea importante con el origen y el desarrollo de más de 1800 emplazamientos en toda Europea occidental. Hasta el siglo XVIII, los frailes de los sitios cluniacenses desempeñaron un papel fundamental en la construcción de una identidad europea compartida con la promoción de una interacción transfronteriza y la comprensión entre países lejanos. En la actualidad, este espíritu sobrevive gracias a la protección de los más de 200 sitios cluniacenses repartidos por toda Europa, que destacan por su tamaño y belleza.
Ruta europea de las abadías cistercienses
Hace nueve siglos, Roberto de Molesmes fundó el “nuevo monasterio” de Cîteaux de acuerdo con los principios de la regla de san Benito: rezar de forma aislada y vivir de los frutos del trabajo manual. La orden cisterciense, que partió de Borgoña en 1098, se extendió rápidamente por todo el continente europeo. El itinerario propone revivir esta época cisterciense con el objetivo de entender y apreciar toda la espiritualidad. El recorrido comprende cerca de 750 abadías y 1000 monasterios de monjes y monjas.
Ruta europea de cementerios
Esta ruta, idónea para el Día de Todos los Santos, se compone de 63 cementerios en 50 ciudades de 20 países europeos. Se extienden desde Europa Oriental (Polonia, Estonia, Rusia) a la península ibérica pasando por Europa Central (Alemania, Bosnia y Herzegobina, Croacia, Serbia, Eslovenia). Los cementerios son espacios sagrados y cargados de emoción, pero también son testigos de la historia y las tradiciones locales. Explorarlos permitirá a los viajeros contemplar las tumbas de grandes celebridades o simplemente personalidades locales, pero también podrán admirar panteones, esculturas y monumentos funerarios con ornamentos apasionantes.
Camino de San Olav
Los caminos de San Olav constan de seis itinerarios diferentes con un mismo destino: la catedral Nidaros (Nidarosdomen), en Trondheim. Son en total 2000 kilómetros de rutas que llevan a los peregrinos, a través del campo y pueblos pintorescos caracterizados sobre todo por su legado cultural, a cruzar Dinamarca, Suecia y Noruega. Olav fue el Rey de Noruega de 1015 a 1028. Después de perder la vida durante la batalla de Stiklestad en 1030, fue declarado mártir y santo, y su leyenda comenzó a difundirse. Se han identificado al menos 340 iglesias y capillas que san Olav construyó antes de la Reforma (antes de 1540 aproximadamente), de las cuales 288 se encuentran fuera de Noruega. Siglos después de su muerte, los peregrinos atraviesan Escandinavia: senderos que conducen a la catedral de Nidaros, en Trondheim, donde san Olav está enterrado. A lo largo de esta ruta ancestral constan paradas excepcionales, como la de la granja Sygard Grytting. La tradición de acogida de esta residencia familiar se remonta a la Edad Media y sigue perpetuándose 700 años después.
Tras los pasos de los hugonotes y los valdenses
En 1685, la revocación del Edicto de Nantes por el Rey de Francia Luis XIV dio paso a una era de persecución. Unos 200.000 hugonotes huyeron de Francia buscando refugio en otros países protestantes en Europa y más allá. Los valdenses siguieron un camino similar para exiliarse a los valles del Piamonte. Este itinerario internacional de unos 2000 kilómetros recorre el camino histórico seguido durante este exilio. Este camino, que comienza en Francia, en Poët-Laval (Drôme), y en Italia en Saluzzo, pasa por Ginebra, en Suiza, y en Alemania por Baden-Württemberg y Hesse, hasta Bad Karlshafen, con sus atracciones culturales e históricas.
Ruta europea del patrimonio judío
Sinagogas, cementerios históricos, yacimientos arqueológicos, barrios judíos, bibliotecas… son innumerables los lugares excepcionales que el pueblo judío construyó a lo largo de varios siglos en toda Europa. A través de este itinerario, el viajero puede adentrarse en esta historia. Una historia de migraciones, persecuciones y precariedad, pero también de intercambios, humanismo e incontables mejoras mutuas. La longitud de estas rutas es muy variable, algunas consisten en atravesar un barrio, mientras que otras se extienden por varios países. Se trata de itinerarios poco usuales que comprenden el paso por Georgia, Azerbaiyán o Turquía.