La ONU trabaja por un Pacto Mundial: ¿Serán los estados miembros de la ONU generosos en su solidaridad hacia esos 68,5 millones de personas?
El problema de los desplazados forzosos en el mundo se ha incrementado en un 50 por 100 en los últimos 10 años, según datos del ACNUR (la Agencia para Refugiados de la ONU) y hoy ya son 68,5 millones.
De estos, 25,4 millones de personas son refugiados, cifra que en 2017 aumentó en 2,9 millones con relación al año 2016. Además, hay que contar 40 millones de personas obligadas a vivir desplazadas, y 3,1 millones que han solicitado asilo.
Con las cifras mencionadas antes, resulta que en el año 2017 unas 44.500 personas se vieron obligadas a abandonar sus casas cada día.
Las cifras suelen ser muy frías, especialmente cuando se cuentan por decenas de millones. No conviene olvidar nunca que detrás de cada persona hay un drama personal, o sea que hay 68,5 millones de dramas personales para de resolver que necesitan la colaboración de todos los países del mundo, de todos los ciudadanos del mundo, porque se trata de personas, no de mercaderías o productos materiales. Y no es un problema que afecte a un continente, sino que a todos los continentes.
Por esta razón el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo que solo un Pacto Mundial sobre los refugiados y migrantes pueden resolver o al menos paliar tanto sufrimiento humano, pues “nadie se convierte en refugiado por elección, pero cada uno de nosotros sí podemos elegir cómo ayudar”.
Este Pacto Mundial, que bien podría aprobarse en la Asamblea General de las Naciones Unidas del próximo otoño, es apoyado también por el papa Francisco.
¿Qué pide el Papa para los refugiados y desplazados? Al recordar el Día Mundial para los Refugiados dice: “Espero que los Estados implicados en estos procesos alcancen un acuerdo para asegurar con responsabilidad y humanidad la asistencia y la protección a aquellos forzados a dejar el propio país”. Hay que buscar entre todos los Estados un pacto mundial sobre esta cuestión en 2018, y sobre una inmigración segura, regular y ordenada.
Señaló asimismo que se preste más “atención sobre lo que viven a menudo con gran ansiedad y sufrimiento nuestros hermanos obligados a huir de su tierra a causa de conflictos y persecuciones”.
¿Quiénes son los destinatarios de este Pacto? No son números, son personas…míralas aquí:
De dónde son los refugiados
Hemos dicho antes que los refugiados y desplazados son de todos los continentes, pero el mayor número de refugiados lo aporta Siria con 6,3 millones de personas a causa de los siete años de guerra civil en aquel país. Son un 14 por 100 más que el año anterior. Le sigue Afganistán con 2,6 millones (un 5 por 100 más), y Sudán del Sur con 2,4 millones, un millón más que en 2016.
También Birmania o Myanmar ha entrado entre los diez países con mayor aportación de refugiados, con casi un millón de rohingyas que tuvieron que desplazarse a Bangladés. Siguen por orden: Somalia, Sudán, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Eritrea y Burundi.
Los diez países receptores de migrantes han sido: Turquía con 3,5 millones de refugiados principalmente sirios, Pakistán con 1,4 millones, Uganda con 1,4 millones principalmente sudaneses del sur, Líbano con casi un millón, Irán con 979.000, Alemania con 970.400 con un 45 por 100 más que el año anterior, Bangladés con 906.000 principalmente rohingyas, Sudán, Etiopía y Jordania.
En cuanto a los desplazados internos está la dramática es la situación de Colombia (por las FARC), República Democrática del Congo, Somalia, Yemen, Sudán, Sudán del Sur, Afganistán, Ucrania, Nigeria y Etiopía, todos ellos con uno o más millones de desplazados.
Pacto Mundial
El Pacto Mundial, del que ya existe un borrador, consiste en dar una respuesta global a los problemas que sufren los migrantes y refugiados a fin de que tuvieran un trato humano y digno, desde el momento de su salida hasta la llegada, recepción y estabilidad en el lugar de acogida. El pacto pretende establecer un marco internacional más humano de lo que hay ahora.
Contempla una asistencia global para las personas, como la salud, la educación, el empleo, el cuidado de los más débiles, la documentación, los registros civiles, la seguridad alimentaria, el alojamiento, su seguridad y protección, así como el planeamiento y previsiones de acogida.
También contempla el Plan Mundial el apoyo a los países de origen, la repatriación voluntaria, el reasentamiento, acuerdos de recepción inmediata y la documentación entre otros requisitos.
Todo ello no podrá hacerse sin una amplia cooperación internacional, como ya señaló la Convención sobre el Estatuto del Refugiado de 1951.
No conviene olvidar que no se trata ya solo de refugiados por motivos políticos, revoluciones, persecuciones o conflictos, sino de abordar el tema de los desplazados a causa de los desastres naturales, inundaciones, erupciones volcánicas, terremotos y otros.
Dice la introducción del borrador de este pacto que el éxito de este dependerá de los avances en las siguientes áreas: sistemas de distribución de refugiados y carga compartida; fortalecimiento de los sistemas nacionales de protección; mejores condiciones socioeconómicas para las personas refugiadas y las comunidades de acogida, especialmente mujeres y niñas, y finalmente mayores esfuerzos resolver situaciones prolongadas.
¿Serán los estados, la comunidad internacional receptivos ante tanta necesidad de solidaridad? Es un trabajo que habrá que realizar no solo a nivel diplomático, sino sobre todo a nivel de opinión pública para impedir que entren los populismos a impedir que el Pacto Mundial siga adelante.
La Unión Europea estudiará ya este fin de semana el tema de los refugiados en la reunión del Consejo de Europa del próximo fin de semana.