El Pontífice advierte que “oír es distinto a escuchar”. Detrás hay un universo hecho de sacrificio, tiempo, dedicación, relaciones y búsqueda de la verdad
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
“Donde hay ruido, haz que practiquemos la escucha”, reza el Papa Francisco inspirándose en una oración franciscana. Cada uno de nosotros necesita de ser escuchado. En el mundo tecnológico de las fake news es imperativo salir de la lógica de las estrategias.
Para el Obispo de Roma la escucha es tan importante que la audiencia general del miércoles consta de 10 minutos de predicación y casi la mayor parte del tiempo está dedicado al contacto con las personas congregadas en la Plaza de San Pedro. Ahí, aprovecha para preguntar del cotidiano, bromea, charla.
Francisco escucha esos testimonios de vida que después nutren los temas de sus homilías, catequesis, discursos y los impregna de realidad, de vida y de conexión con el sentir de la gente de a pie.
De hecho, asegura que el mejor antídoto ante el mal de la falsedad son las “personas dispuestas a escuchar”. Pues, “la verdad emerje “a través de la fatiga de un diálogo sincero”.
1. Cuidado con las palabras
Los psicólogos concuerdan que decir a un niño: “eres un estúpido”, no es lo mismo de decir: “haz hecho algo tonto”. La primera frase condena en primera persona. La segunda corrige sin herir.
Francisco invita a hacer un uso responsable del lenguaje, incluso misericordioso, para dejar atrás el aspecto “engañoso” que termina por “ofuscar la interioridad de la persona”.
El Papa cita a Dostoyevski, en este sentido: «Quien se miente a sí mismo y escucha sus propias mentiras, llega al punto de no poder distinguir la verdad, ni dentro de sí mismo ni en torno a sí, y de este modo comienza a perder el respeto a sí mismo y a los demás”. (Los hermanos Karamazov, II,2). (Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2018).
2. Búsqueda de la relación
Los adolescente particularmente detestan cuando sus padres se ponen en una posición de ‘oír’ desde el acento de la ‘superioridad’ y pierden legitimidad al ser percibidos como incoherentes. Y posiblemente también daña la escucha entre subalternos y jefes. El Papa señala que, en cambio, la búsqueda de la verdad “brota de relaciones libres entre las personas, en la escucha recíproca”.
“Liberación de la falsedad y búsqueda de la relación: he aquí los dos ingredientes que no pueden faltar para que nuestras palabras y nuestros gestos sean verdaderos, auténticos, dignos de confianza”. (Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2018).
3. Escuchar no es oír
“Comunicar significa compartir, y para compartir se necesita escuchar, acoger. Escuchar es mucho más que oír. Oír hace referencia al ámbito de la información; escuchar, sin embargo, evoca la comunicación, y necesita cercanía”, expresó Francisco (Comunicación y Misericordia: un encuentro fecundo, 2016)
En este sentido, la escucha y las relaciones recíprocas, ayudan a las personas compartir “compartir preguntas y dudas”, salir del miedo o de las incógnitas de las relaciones. Eso es “liberarse de cualquier presunción de omnipotencia y de poner humildemente las propias capacidades y los propios dones” al servicio del otro.
4. Escuchar no es fácil
Pero, Francisco advierte que “escuchar nunca es fácil”. “A veces es más cómodo fingir ser sordos. Escuchar significa prestar atención, tener deseo de comprender, de valorar, respetar, custodiar la palabra del otro”.
“La escucha es una especie de martirio” para el Papa Francisco. Escuchar es como “un sacrificio de sí mismo”. Significa, “quitarse las sandalias en el ‘terreno sagrado’ del encuentro con el otro que me habla (cf. Ex 3,5). Saber escuchar es una gracia inmensa, es un don que se ha de pedir para poder después ejercitarse practicándolo”.
5. Internet para favorecer la escucha y las relaciones
El Papa tampoco denigra la escucha que puede tener la mediación de la tecnología: correos electrónicos, los mensajes de texto, las redes sociales, los foros. Pero, advierte que “no es la tecnología la que determina si la comunicación es auténtica o no, sino el corazón del hombre y su capacidad para usar bien los medios a su disposición”.
