El profesor Pasco Fearon de la University College de Londres, en colaboración con la Universidad de Reading, se interesó por el vínculo de apego entre una madre y sus hijos. En una publicación reciente, destaca los beneficios de una relación maternofilial estrecha¿Conocéis alguna “madre gallina”? Así llaman algunos a quienes están todo el día pendientes de sus hijos, a los que les tachan de “niños de mamá”. Sin embargo, no es motivo de burla, ya que se ha demostrado científicamente que una relación estrecha entre madre e hijo o hija contribuye a la felicidad y al buen desarrollo emocional del niño.
En colaboración con la Universidad de Reading, Pasco Fearon, psicólogo clínico y profesor de psicopatología del desarrollo, ha clasificado no menos de 60 estudios para destacar el impacto de la relación maternofilial sobre el desarrollo emocional. Por desarrollo emocional se entiende la capacidad de manifestar emociones, controlarlas e interactuar con el entorno.
Resulta que cuanto más fuerte es el vínculo de apego, más comodidad y seguridad percibe el niño a través de su madre y menos probabilidades hay de que tenga problemas de comportamiento.
“Nuestro análisis mostró que los niños con vínculos de apego precarios con sus madres, especialmente los varones, tenían muchos más problemas de comportamiento, incluso cuando los problemas de comportamiento se medían años después”, subraya el profesor Pasco Fearon.
Por el contrario, aquí hay cinco beneficios para los niños derivados de las relaciones estrechas entre madre e hijos.
1. Crecen en un clima de confianza
Los niños que tienen un fuerte vínculo con sus madres se sienten seguros. La madre es un lugar seguro donde saben que siempre pueden acudir en caso de problema. Esto les facilita ganar autonomía y entrar en la edad adulta con mayor confianza.
Los niños que saben que son amados no actúan para llamar la atención. También aprenden de sus madres a respetar a los demás, especialmente a las mujeres.
2. Tienen mayor éxito escolar
El amor de una madre es tan poderoso que estimula el cerebro de sus hijos e hijas. Cuando las madres animan a sus hijos desde una edad temprana, los estudios demuestran que desarrollan más capacidad cerebral en los ámbitos de la memoria y el aprendizaje.
Esta es la razón por la que los niños que tienen relaciones estrechas con sus madres tienden a tener mejores resultados en la escuela.
3. Son menos nerviosos
Las madres ayudan a sus hijos a desarrollar su autoestima. Cuando apoyan a sus hijos y les dan una sensación de seguridad, los niños están listos para enfrentarse al mundo sin miedo.
Saben que, pase lo que pase, sus madres estarán ahí para reconfortarlos. Como resultado, la tendencia a la depresión se reduce y desarrollan relaciones y amistades más sanas.
4. Adoptan un comportamiento menos arriesgado
Los niños que crecen privados de una relación segura con sus madres pueden tener problemas de comportamiento a medida que crecen. Tienden a ser más agresivos y actúan de manera destructiva.
También tienden a adoptar comportamientos de mayor riesgo relacionados con el alcohol, las drogas y el sexo.
Las madres tienen un papel importante que desempeñar para animar a sus hijos a hacer frente a la presión negativa de sus pares de edad.
5. Desarrollan niveles más altos de inteligencia emocional
Las madres desempeñan un papel esencial a la hora de ayudar a sus hijos a desarrollar su inteligencia emocional. Ellas les transmiten sensibilidad y enseñan a sus hijos a comprender sus propios sentimientos. También les ayudan a desarrollar empatía hacia los demás. A largo plazo, esto les prepara para una vida más feliz y plena.