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Cuando las huellas de los pies de Jesús quedaron impresas en una piedra

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Maria Paola Daud - publicado el 25/09/18
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La Iglesia Romana de Santa Maria in Palmis (Domine Quo Vadis)

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“¿Señor, a dónde vas? (Domine, quo vadis?)” es lo que Pedro le preguntó a Jesús en una aparición, mientras escapaba a Roma por miedo a las persecuciones de Nerón contra los cristianos. “Voy a Roma para que me crucifiquen de nuevo” (Eo Romam iterum crucifigi), respondió el Señor, y entonces Pedro comprendió que debía volver atrás para afrontar el martirio, que debía ser crucificado y glorificar con su muerte a Nuestro Señor Jesucristo.

Todo esto ocurrió según los Hechos de Pedro, escritos apócrifos, en la Vía Appia antigua, muy cerca de lasa catacumbas de san Sebastián.

Para recordar el hecho en el lugar se erigió una iglesia. El año de su edificación no es clara: los primeros documentos que datan su existencias son de antes del siglo IX.

Domine quo vadis

El nombre original de la iglesia es Santa Maria in Palmis, pero todos la llaman Domine quo vadis . Esta iglesia atesora una interesante memoria. En el centro de la iglesia a la derecha se encuentra una lastra de mármol (copia de un relieve conservado en la cercana Basílica de San Sebastián), que según la tradición serían las huellas dejadas por Jesús en el pedernal del camino el día de la aparición a Pedro.

La longitud de las huellas son de 27.5 cm, lo que corresponde a un tamaño de zapato de 44/45, una medida bastante notable para el tiempo.

Los escritos sobre los Hechos de Pedro que se remonta a fuentes apócrifas del siglo II, se difundió aún más en la tradición popular gracias al descubrimiento de las dos huellas.

Quien tendrá la oportunidad de visitar las catacumbas de san Sebastián, la más antiguas de Roma, no se olvide de visitar esta pequeña iglesia del “Quo Vadis”, tan importante para poder comprender nuestras raíces cristianas.

En la basílica dedicada a san Sebastián, también puedes encontrar, aparte de tantas reliquias de los primeros mártires cristianos,  algunas obras importantes como el “Salvator Mundi” última obra de Gian Lorenzo Bernini y un busto dedicado al escritor polaco Henryk Sienkiewicz, autor de la famosa novela histórica Quo Vadis?, gracias al cual Sienkiewicz recibió el Premio Nobel de literatura en 1905.

 

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