El 6 de enero celebramos el Día de los Reyes Magos, la fiesta de la Epifanía. La Epifanía es un día santo que celebra la revelación de Jesús a los tres Reyes Magos, hombres muy sabios que llegaron a Belén siguiendo una inusual estrella en el cielo.
Aunque no se celebra igual en todas las culturas, la Epifanía es un día con una larga historia y muchas tradiciones hermosas. Aquí hay cuatro que encantan a nuestra familia.
1. Los Reyes Magos llegan a nuestro portal de Belén
Es una tradición sencilla. Un amigo llamado Randy aquí en Estados Unidos me contó la historia de cómo descubrió la "llegada" de los Reyes Magos al portal de Belén en Epifanía. Pocos días después de Navidad, se percató de que su esposa los había alineado sobre una mesa cercana y no en la escena del portal. Una mañana habían desaparecido y preguntó a su esposa adónde habían ido. Ella le dijo que los Reyes Magos deben avanzar poco a poco cada día hasta la escena en torno al pesebre, hasta que por fin lleguen el día 6.
A los niños en especial les encanta mover a los Reyes Magos. Cada día dan un pasito. A veces se turnan para moverles.
En algunas culturas, como la española, el Día de Reyes es una gran celebración. Es el día escogido por la mayoría de la población para hacerse los regalos de la Navidad.
La tarde-noche del 5 de enero llegan los Reyes Magos a las ciudades de España mostrando todo su poderío con una cabalgata que llena de ilusión a niños y mayores. Hay desfile, camellos, personas de diferentes culturas (los Reyes venían de Oriente) y, para los que no se han portado bien, carbón.
Si no compartes esta cultura, los Reyes Magos pueden traer a los niños un detalle, un regalo que les haga recordar la fiesta que se celebra. También pueden realizar manualidades en familia como fabricar figuritas de papiroflexia o coronas personalizadas.
2. Roscón de Reyes
El pastel de Epifanía o el roscón o rosca de Reyes, según la cultura, es sin duda lo mejor de la Epifanía porque, bueno, los dulces están deliciosos.
La "tarta real" también se come durante el carnaval de Mardi Gras en Nueva Orleans, pero yo prefiero este dulce en Epifanía porque encaja mejor con la estación.
No estoy seguro de que los Reyes Magos imaginaran que la gente celebraría el aniversario de su agotador viaje a través de un desierto abrasador sacando los dulces y dándose el capricho, pero así ha surgido la tradición y yo estoy encantado con el resultado.
Pero la rosca de Reyes o pastel de Epifanía no es un dulce cualquiera. Oculta sorpresas en su interior. Las sorpresas pueden ser un muñeco, una moneda, una figurita de porcelana o cualquier objeto que pueda esconderse en el pastel. A los niños les encanta la emoción de descubrir qué oculta su porción de pastel, si consiguen arrebatar un pedazo al control de papá.
También hay quien disfruta colmando el pastel con sorpresitas simbólicas para repartir la alegría entre todos. Pero atención, porque no es un goce carente de riesgos, ya que si un adulto encuentra la figurita o el haba, le tocará pagar el roscón.
3. La fiesta de la Duodécima Noche
En algunos lugares, como Reino Unido, la fiesta continúa en Epifanía.
Mientras en otros países ya cesan las celebraciones tras la noche de fin de año y se dedican a esperar el final del invierno, otros aprovechan la Epifanía como la excusa perfecta para descorchar el champán, calentar un vino caliente especiado (como el wassail inglés) y celebrar con los amigos.
En Reino Unido, la fiesta tradicional es la víspera de la Epifanía y se llama Twelfth Night o Duodécima Noche, último día de celebración navideña.
Hay una forma de entretenimiento muy minusvalorada en nuestra era digital: reunirse y cantar a coro. En mi círculo de allegados lo hacemos y aunque nuestras voces no son de lo más melodioso (todo sea dicho), pasamos un rato divertidísimo. ¡Que no paren los villancicos después del 26 de diciembre!
Dejen que suenen durante los 12 días de Navidad y en especial en esta última noche, reúnanse para cantar juntos. Para nosotros, el villancico We Three Kings es el éxito asegurado de Epifanía.
Si entre ustedes hay cantantes voluntariosos, pueden organizar que cada estrofa la cante una persona diferente para representar a cada uno de los Reyes. Gana puntos extra quien venga vestido con galas reales.
4. Bendición con tiza
La primera vez que me actualicé con los tiempos y empecé a usar los medios sociales, me percaté de que tenía amigos que a principios de enero compartían fotografías de las puertas de sus casas con una fórmula algebraica incomprensible escrita con tiza sobre el marco exterior.
Un año, lo que vi fue esto: “20 + C + B + M + 18”. ¡Qué enigma tan delicioso! Pronto me enteré de que no era un problema matemático que todo el mundo dibujaba espontáneamente sobre su puerta en un arranque de histeria colectiva, sino que es una tradición de Epifanía.
El número del año se divide en dos partes y las letras de en medio son las iniciales de los nombres tradicionales de los Reyes Masgos que siguieron la estrella: Gaspar (Caspar en latín), Melchor y Baltasar.
Las letras también son el acrónimo de la frase latina Christus mansionem benedicat, es decir, "Que Cristo bendiga esta casa". El signo '+' representa la señal de la cruz.
Serviría cualquier tiza, pero asegúrense de que la ha bendecido un sacerdote antes. Muchos párrocos ya bendicen una cesta entera de tizas con la llegada de la Epifanía, pero si su párroco no lo hace, pueden acercarle la suya y pedirle que la bendiga.
Avísenle con tiempo para que pueda encontrar las oraciones apropiadas, seguro que lo hará encantado. Una vez estén en casa ante la puerta de entrada, escriban la marca en familia y recuerden que los símbolos representan la presencia del amor y la gracia en su hogar. La tiza termina borrándose con el tiempo o se limpia con la lluvia, pero la bendición se mantiene.