La ubicación real de la antigua Caná de Galilea no es del todo segura
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Caná es conocida por ser la escena del primer milagro de Jesús, la conversión del agua en vino en un banquete de bodas (Juan 2, 1-11). Algunos comentaristas afirman que la boda podría haber sido la de un pariente cercano de la madre de Jesús. Cuando se quedaron sin vino, María se dirigió a su Hijo para evitar cualquier posible bochorno. El Evangelio dice que Jesús le contestó preguntándole a su madre: “Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía”. Pero María insistió, y Jesús convirtió seis tinajas con más de 550 litros de agua (el equivalente a aproximadamente 730 botellas) en un extraordinario vino.
Otro milagro (su segundo milagro público en la región de Galilea, de hecho) también tuvo lugar en Caná: la curación a distancia del hijo de un funcionario real, que estaba a 32 kilómetros de distancia, en Cafarnaúm (Juan 4, 43-54). La segunda vez que Jesús visitó Caná, fue recibido por un oficial angustiado de la corte de Herodes Antipas. El funcionario vivía en Cafarnaúm y había venido a rogar por su hijo, que se estaba muriendo. “Vete; tu hijo vivirá ”, le dijo Jesús al funcionario.
Aunque que Kefer-Kenna (también conocido como Kefr Kana y Kfar-Cana) ha sido considerado tradicionalmente el lugar en el que tuvo lugar el milagro del vino (al menos desde 1641, cuando los franciscanos se establecieron allí basándose en los testimonios de los primeros peregrinos, entre ellos el mismo San Jerónimo), la verdad es que la ubicación real de Cana no es segura.
Como sucede a menudo con los lugares bíblicos, cinco lugares diferentes afirman ser la Caná bíblica: la aldea de Qana, en el Líbano, a 18 millas de Tiro; Kfar-Cana, en Israel, a 7 kilómetros al noreste de Nazaret; Khirbet Kana, también en Israel, visitada por peregrinos desde el siglo XII; Karm er-Rasm, en Israel, el lugar supuestamente identificado por Flavio Josefo según la arqueóloga israelí Yardenna Alexandre; y Ain Qana, “la primavera de Cana”, aproximadamente a una milla al norte de Nazaret.
De todos estos lugares, solo dos, Kfar-Cana y Khirbet Kana, parecen haber estado recibiendo peregrinos durante más de 10 siglos. Aunque los franciscanos solo llegaron a Kfar-Cana en el siglo XVII, mientras construían su iglesia encontraron, no solo los restos de una antigua basílica, sino también los restos de algunas viviendas que se remontan al siglo primero. De hecho, no muy lejos de la iglesia franciscana, se encuentra la iglesia ortodoxa griega de la fiesta matrimonial. Allí, se conservan dos grandes tarros de piedra: la tradición afirma que son dos de las tinajas de agua originales involucradas en el primer milagro público de Jesús. Sin embargo, los arqueólogos sugieren que es más probable que sean antiguas fuentes bautismales.
También en Khirbet Kana, se han encontrado grabados del siglo VI que indican la posible ubicación de Cana. Uno de los primeros peregrinos a Caná, el llamado “Peregrino Anónimo de Piacenza”, fue el autor de “graffiti religioso” de 570:
“Nuestro Señor estaba en la boda”, escribió, “y nos reclinamos en su mismo sofá en el que yo, indigno de ser, escribí los nombres de mis padres”.
Este graffiti muestra que el lugar ya era un destino de peregrinación en el siglo VI (pero, si lo visita, absténgase de seguir el ejemplo de Piacenza y no deje su firma). De hecho, muchas fuentes bizantinas afirman que este es el lugar, y los autores y cartógrafos medievales tardíos han ayudado a los arqueólogos contemporáneos a descubrir complejos de cuevas (muy probablemente utilizados por anacoretas y ermitas) y los restos de pequeños pueblos del período helenístico en adelante, que hacen Khirbet Kana una fuerte candidata.
Sin embargo, cuando estés en Tierra Santa, asegúrate de visitar ambos. No están realmente tan lejos uno del otro.