Como padres, nuestro amor y esfuerzo en la educación de nuestros hijos tiene una grandísima importancia, pero otras personas ejemplares pueden ser también una poderosa influencia sobre su vida.
De hecho, sabemos por experiencia que los niños a veces prestan más atención a adultos que despiertan su admiración y que no son mamá y papá.
Sin embargo, ¿cómo podemos sacar el mejor provecho de esta situación, en especial cuando hacemos un esfuerzo adicional para cambiar algunos de nuestros hábitos?
Una persona modélica que todo joven católico debería conocer es Pier Giorgio Frassati.
Un atractivo joven con un gran fondo
Pier Giorgio fue un joven apuesto y activo de Italia que vivió a principios del año 1900, originario de una familia de éxito.
Le apasionaban los deportes —en especial el alpinismo— y también amaba el teatro, el arte, la música y la literatura.
Sin embargo, pocos por aquella época sabían también de su honda vida espiritual y su enorme amor por los pobres.
Tanto es así que fue solamente al morir repentinamente a los 24 años por una enfermedad que contrajo de una persona pobre cuando se descubrió que, en secreto, había estado sirviendo y ayudando a muchos pobres de su ciudad.
De hecho, las multitudes abarrotaron las calles el día de su funeral.
El hombre de las 8 bienaventuranzas
El papa Juan Pablo II se refirió a él como “el hombre de las ocho bienaventuranzas” durante la beatificación de Pier Giorgio, en la Plaza de San Pedro el 20 de mayo de 1990.
Sin duda, este joven es un modelo perfecto para los adolescentes y jóvenes adultos de hoy en día.
Sin duda fue un devoto de Dios, pero si prestas atención a su vida, descubrirás a una persona amante de la diversión, atlética, dinámica, diligente, amistosa, preocupada por los demás y cariñosa hacia sus amigos y familiares.
A lo largo de su vida, logró permanecer fiel a sí mismo siendo leal y sincero con Dios. ¿Acaso no es eso exactamente lo que queremos para nuestros hijos?
De modo que te animamos a descubrir lo que la breve vida de Pier Giorgio puede enseñar a nuestros adolescentes —¡y a nosotros también!— sobre cómo vivir una vida plena de verdad. Sus sabios consejos pueden marcar realmente la diferencia.