Uno de los santuarios más visitados de Estados Unidos Cuando pensamos en crucifijos impresionantes, lugares como Roma o Jerusalén nos vienen a la mente. Sin embargo, el mayor crucifijo del mundo está en medio del bosque, en Michigan, en Estados Unidos.
La “Cruz en el Bosque” es la obra del escultor estadounidense Marshall Fredricks, que montó la majestuosa escultura de madera y bronce después de ser contratado para crear una pieza mucho menor (la comisión original solicitaba un crucifijo de alrededor de dos metros de altura).
La parroquia de Indian River fue la que pidió a Fredricks construir el crucifijo en una área rural que, en 1946, fue designada como lugar de culto para los parroquianos locales que vivían lejos de la iglesia más cercana.
A Fredricks le llevó cuatro años concluir la escultura majestuosa, que pesa siete toneladas y mide ocho metros de altura. Después de obtener el permiso especial del Vaticano para representar a Cristo sin la corona de espinas, Fredricks esculpió el rostro de Jesús en un ambiente pacífico, expresión que aún hoy inspira la admiración entre los visitantes.
Concluido el modelo de yeso, Fredricks pidió a la empresa Kristians-Kunst Metalstobori, en Oslo, Noruega, que lo fundiera en bronce. La estatua de siete toneladas fue enviada a través del Atlántico, convirtiéndola en una de las esculturas más pesadas que se hayan enviado desde Europa a Estados Unidos.
La figura de Cristo fue colgada al crucifijo en 1959. Desde entonces, el crucifijo más alto del mundo ayudó a colocar esa zona rural de Michigan en el mapa del turismo católico, atrayendo a más de 300.000 visitantes al año.