Si el sexo es una lucha para ti y recientemente has perdido tu pureza, reza esta oraciónVivir una vida pura y casta no siempre es fácil. Incluso cuando tratamos de resistir ciertas tentaciones, nuestra fuerza de voluntad a menudo no es suficiente y caemos.
Si bien es fácil abandonar la lucha y abrazar nuestros pecados, la mejor respuesta es clamar a Dios en arrepentimiento. Puede que tengas que hacer esto una o 99 veces antes de que tu corazón esté completamente abierto a la gracia de Dios. De cualquier manera, reza esta oración de David, quien luchó con la pureza.
“Tenme piedad, oh Dios,
según tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame.
Pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí;
contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí.
Por que aparezca tu justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas.
Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre.
Mas tú amas la verdad en lo íntimo del ser, y en lo secreto me enseñas la sabiduría.
Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Devuélveme el son del gozo y la alegría, exulten los huesos que machacaste tú”.