Así es como la “catequesis orante” de una parroquia de San Sebastián logra que los pequeños hagan silencio y oren
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Son niños de entre 6 y 10 años que guardan silencio, escuchan la Palabra de Dios y le hablan ellos también, con palabras sencillas pero profundas. Sus propios padres están asombrados.
Lo hacen en las “catequesis orantes” de la parroquia de San Martín obispo de San Sebastián (España). Su responsable, Marta Elizalde nos revela el secreto.
“Los niños tienen una gran capacidad de zambullirse en el misterio -explica Elizalde, una experimentada madre de seis hijos-, pero no tienen esa experiencia orante, en sus entornos falta silencio y oración”.
Entonces, necesitan un entreno para ir entrando progresivamente en la realidad espiritual. “Se les inicia en el silencio y la oración y los van incorporando con la práctica como algo natural”.
¿Cómo logran que los niños guarden silencio?
1. Una acogida personal y cálida
“Cuando los niños van entrando, les acogemos preguntándoles por sus cosas, con cariño. Les acompañamos y les decimos que nos vamos a preparar para lo que vamos a hacer”, señala Elizalde.
2. Una distribución del espacio muy pedagógica
“Del jaleo de la puerta, pasan a una sala donde tiran el chicle, van al baño, dejan las mochilas,… y de ahí salen en fila y entran ordenadamente en la sala del oratorio”.
3.Cero pantallas
“Hemos hecho una apuesta muy fuerte y no usamos nada digital. Al principio les cuesta, pero luego lo van incorporando y les hace mucho bien. Y funciona. Toman esta rutina y respetan los momentos puntuales de silencio y los aprovechan”.
4. Elementos decorativos clave
“Hay una cruz, un cirio, una imagen de san Ignacio y otra de la Virgen: todo está a su altura. También hay unas sillas colocadas en forma de círculo, y en el medio una alfombra, que marca el lugar especial reservado para el rato de oración con Jesús”.
5.Un sencillo método
A partir del Oratorio de los niños pequeños de los escolapios cooperadores y de la oración de contemplación ignaciana, los catequistas elaboraron un sencillo método para conectar con Dios a partir de un pasaje de la Biblia.
https://youtu.be/2YGHS0e_6oo
Elizalde explica cómo aplican su método en las distintas sesiones con los niños:
“Empezamos haciendo la señal de la cruz en un gesto con el que los niños piden que sean como los de Jesús todos sus pensamientos (en la frente), palabras (la boca) y corazón (el pecho).
Después recordamos dónde podemos encontrar a Jesús: en el corazón -especialmente del pobre y de los niños-, en el prójimo, en el sagrario y en la Palabra.
La Biblia en el centro
La catequesis gira en torno a la Sagrada Escritura. Usamos una Biblia bonita, de adulto, pero bien encuadernada, digna.
Recordamos brevemente el pasaje bíblico leído la semana anterior y lo enlazamos con el que vamos a narrar.
Un objeto ilustrador ayuda a captar la atención de los niños. Por ejemplo, si explicamos las bodas de Caná, hay un velo de novia de tul en medio de la alfombra. O el día dedicado a Jesús en Getsemaní, una rama de olivo y unas aceitunas.
Hacemos silencio. Cantamos una canción sobre la escucha para preparar el corazón. Leemos el pasaje y besamos la Biblia.
Entonces entre todos reconstruimos el pasaje leído. Aplicamos los cinco sentidos y la imaginación, pensando que somos un personaje de los que aparecen en el relato.
Gustamos la dulzura de Jesús, sintiendo cómo nos mira, cómo mira a la gente.
Rezar espontáneamente
Después el niño pasa a la alfombra y en actitud orante tiene un diálogo con Él, como un amigo.
Cada uno puede expresar en voz alta lo que lleva en su corazón: algo del pasaje, una acción de gracias, una petición,…
Los niños llegan rápido a este momento, más que los adultos. Hacen oraciones muy bonitas.
Y después los niños se comprometen a algo que harán durante la semana relacionado con lo que Jesús nos ha hablado.
Acabamos con una oración sencilla (un padrenuestro, un ave maría,…) y les entregamos el cromo, que es una imagen de una colección que va con el libro, con pasajes de la Biblia, oraciones y otros contenidos catequéticos.
Finalmente, si está el sacerdote les da a los niños una bendición con una imposición de manos”.
La parroquia de San Martín Obispo lleva cuatro años impartiendo esta catequesis a niños, en grupos de unos doce.
Durante el confinamiento, algunos lo están haciendo en su casa, en familia, en coordinación con la parroquia.
El libro que utilizan está escrito por la responsable de la catequesis, Marta Elizalde, e ilustrado por Mónica Luna. Y actualmente se usa en parroquias de distintos lugares. Los cromos están traducidos a 7 idiomas.
Te puede interesar:
EE.UU.: ¿Cómo será la catequesis de niños este curso que empieza?
Te puede interesar:
¿Cómo hacer más eficaz la catequesis?
Te puede interesar:
¿Adoración al Santísimo para niños? Experiencias sorprendentes