Un documental de José Luis López Linares desvela que fue el centro del comercio global entre el Imperio español y chino entre los siglos XVI y XVIIIHubo un tiempo, y no breve, alrededor de dos siglos, en el que lo que hoy se conoce como México -y que entonces formaba parte del virreinato de la Nueva España- fue no sólo el centro del comercio mundial, sino una de las regiones más ricas del planeta.
Lo contará el documental ‘España. La primera globalización’. Lo está ultimando el cineasta español José Luis López Linares y que cuenta con la activa participación de la investigadora Elvira Roca Barea -célebre por el éxito editorial de su libro ‘Imperiofobia’, que acumula ya 36 ediciones- junto a una treintena de reputados historiadores de los dos lados del océano Atlántico.
Primera red comercial global estable
El documental se centra en la creación española de la primera gran red comercial global estable, que permitió el intercambio económico entre los dos principales motores económicos del mundo: las economías hispanas de Europa y América y la del poderoso imperio chino. Y ello fue posible gracias al talento explorador del guipuzcoano Andrés de Urdaneta que descubrió lo que se conoce como ‘el tornaviaje’, la ruta que los barcos debían seguir para regresar desde Filipinas hasta Acapulco.
Hoy que todo nos parece posible y al alcance de la mano, puede sorprender la idea misma del ‘tornaviaje’, tanto su importancia como su necesidad, pero hay que recordar que en el siglo XVI los barcos se movían con la propulsión del viento recogido por sus velas, y si bien las corrientes de aire conocidas permitían viajar sin excesivas complicaciones desde Acapulco hasta Filipinas, no se sabía como encontrar los vientos adecuados que permitieran el viaje de retorno.
Muchos lo intentaron sin éxito antes que Urdaneta, y él mismo capitaneó cinco expediciones fallidas antes de encontrar la solución al problema. Esto es, antes de dar con la ruta adecuada que permitía aprovechar corrientes favorables.
Descubrimiento trascendental
Este descubrimiento, que hoy puede parecer menor, fue, sin embargo, trascendental. Porque una vez abierto el camino ya era posible establecer una comunicación estable y permanente entre los dos mundos, el de Occidente y el de Oriente. Con todo, hay que situarse de nuevo en la época, porque el galeón que hacía el recorrido tardaba un año entero en ir y volver. Y aun así fue suficiente para provocar una auténtica revolución económica que impulsó de forma decisiva la economía china y que convirtió a México en el centro de operaciones del comercio mundial, pues a Acapulco llegaba el galeón de Manila cargado con las mercancías asiáticas embarcadas en Filipinas y que luego se distribuían a lo largo y ancho de todo el imperio español.
“México fue una de las regiones más ricas del mundo durante mucho tiempo”, explica José Luis López Linares, realizador de ‘España. La primera globalización’. “En el imperio español las supuestas colonias, que no lo eran, porque eran virreinatos con igualdad de derechos, eran más ricas que la supuesta metrópoli. Ciudades como Lima o Veracruz eran más grandes y modernas que la mayoría de las ciudades europeas de su tiempo”.
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Las mayores reservas de oro y plata de todo el mundo
Elvira Roca Barea apunta que Nueva España acumulaba las mayores reservas de oro y plata de todo el mundo hasta que, a comienzos del siglo XIX, en los procesos de independencia, los ingleses se las arrebataron. “El tesoro de la monarquía hispánica no estaba en Madrid, sino en los territorios virreinales”, explica la autora de ‘Imperiofobia’. Y en gran medida ello era así a causa de la pujanza económica que impulsó esa primera globalización económica.
“El saqueo fue monumental. No estamos hablando de cualquier cosa. Las riquezas eran inmensas”, explica Roca Barea. Y López Linares apostilla: “Hay estudios que sugieren que aquel oro robado de América fue crucial para financiar la primera industrialización que surgiría poco después en Gran Bretaña”.
Nueva España, mucho más que el México actual
La identificación de Nueva España con México es, en todo caso, engañosa. El virreinato americano era mucho más que el México actual pues incluía el territorio de diez estados de lo que hoy es EEUU, más partes de otros seis -que el México independiente perdió en la guerra contra los norteamericanos- y, además, parte del actual Canadá, y los territorios de Guatemala, Belice, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Cuba y las islas Filipinas.
El centro del comercio y de la economía estaba, sin embargo, en Acapulco y en la ciudad de México. El intercambio era tan fluido que había una nutrida población asiática en el país americano. “Esto se ha estudiado poco, pero probablemente la presencia china influyó en la gastronomía de la zona y su gusto por las especias y los picantes”, sugiere López Linares. Desde luego la población asiática era tan abundante que consta la existencia de una especie de milicia formada exclusivamente por asiáticos y que formaba parte de las fuerzas de defensa del virreinato.
La conexión entre dos mundos
De la pujanza de ese comercio da cuenta también la riquísima colección que atesora el Museo Oriental de Valladolid, fruto del trabajo misionero de los Agustinos Filipinos, y que también aparecerá en el documental. Allí pueden verse todo tipo de objetos que muestran la conexión entre aquellos dos mundos.
Entre ellos, imágenes religiosas de iconografía católica realizadas en China y Filipinas e impregnadas de algunos rasgos exóticos más propios de aquellas culturas orientales que de la española. Esto puede verse tanto en los excepcionales marfiles de Filipinas, con imágenes de Cristos crucificados de especial serenidad, casi budista, o en las figuras de vírgenes con ojos levemente rasgados. Y es que los artesanos chinos fabricaban esos objetos religiosos pensando en el mercado exterior, y en la elaboración de esas imágenes se colaban sus propias sensibilidades artísticas.
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La película ‘España. La primera globalización’ ha sido posible, en buena parte, gracias a la colaboración económica de más de 1.400 donantes particulares. Han participado en una campaña de cowdfunding lanzada en internet que ha permitido completar el presupuesto. Los productores confían en que pueda estar terminada en mayo, si bien todavía está pendiente la toma de imágenes en Filipinas y otros lugares adonde hasta ahora no ha sido posible desplazarse por las restricciones de la pandemia.
Contar la historia de España sin estar pidiendo disculpas constantemente
El equipo de trabajo ha rodado en México, en Santo Domingo -donde se han filmado los restos del primer fuerte español en América, y la residencia del gobernador Cristóbal Colón- Buenos Aries y otras zonas. Falta viajar hasta Bolivia para rodar en las célebres minas del Potosí. Las que proporcionaron durante varios siglos los metales preciosos que nutrieron al imperio y a la ruta comercial con Oriente. Minas que todavía hoy siguen en activo, aunque funcionan sobre todo como reclamo turístico.
Los metales preciosos eran esenciales y conseguirlos a través del comercio era la principal motivación del imperio asiático para el intercambio con el imperio español. Y es que los chinos tenían una moneda propia que no les permitía comerciar con el resto del mundo. Circunstancia que se desbloqueó con la llegada del oro y la plata españolas, lo que permitió relanzar su economía.
“Se trata de contar la historia de España de otra manera, sin estar pidiendo disculpas constantemente”, reconoce José Luis López Linares. Hay que añadir, además, que la importancia esencial de esta ruta comercial está siendo actualmente reivindicada por el Gobierno chino y otros países asiáticos. La han integrado como una parte importante de su propia historia.