Jesús entra en Jerusalén como rey. Como es costumbre, entra montando en un burro.
Y es recibido con entusiasmo por la gente.
Sin embargo, este rey "no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos." Su trono es la cruz, porque “nos amó hasta el final”.
"Hosanna"
Aparece en su forma hebrea original, hoshi‘a na’, en el Salmo 118.
Contiene las palabras “salvar” (“yasha”) y una expresión de súplica (“na”). Literalmente quiere decir: “Sálvame, por favor”.
En la tradición cristiana, la palabra "Hosanna" adquirió un significado muy profundo. Su uso en referencia a Jesús, Le equiparaba con Dios, a quien estaba dirigida la palabra original (hoshi'a na').
Es de notar que el nombre Jesús (en hebreo, Yeshua) proviene del mismo verbo "salvar" (“yasha").
En el texto original (Salmo 118), la palabra Hosanna expresa la súplica del hombre por la ayuda de Dios.
En el contexto de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, el significado de la palabra se convirtió en un saludo lleno de entusiasmo.
Video Tras las huellas de la entrada solemne de Jesús desde Betfagé a Jerusalén:
3. Bienvenida y algo más
Durante cada santa Misa, decimos la palabra Hosanna dos veces, que forma parte de la oración “Santo, Santo, Santo es el Senor: Hosanna en las alturas. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en las alturas”.
De esta manera damos la bienvenida a Jesús que viene al altar durante la Eucaristía, tal como lo saludaban las personas cuando entraba en Jerusalén.
Al mismo tiempo, invocamos Su ayuda diciendo Hosanna, "Sálvame, por favor".