El cuarto domingo de Pascua se celebra como el Domingo del Buen Pastor. Este día se lee en toda la Iglesia el Evangelio del Buen Pastor.
También rezamos por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Esta es una invitación a cada uno de nosotros para que nos unamos a esta oración no sólo en este día, sino durante todo el año.
Jesús es el buen pastor y el modelo para todo pastor de cómo debe dar su vida por aquellos a quienes ha sido enviado.
Dar la vida a los demás significa dar su tiempo, su fuerza, su capacidad, su atención; vivir para los demás y no para uno mismo.
En una parroquia italiana, el catequista pidió a los niños que escribieran preguntas al Señor Jesús. Uno de los niños preguntó:
Por supuesto, esto se aplica a cada uno de nosotros: ¿somos amigos del Señor Jesús? ¿o lo conocemos sólo de vista?
El papa Francisco es un ejemplo de cómo buscar personas en la periferia, como Jesús que busca una oveja perdida. Y cuando lo encuentra, se lo pone sobre los hombros y lo lleva al redil.
Jesús vio a las ovejas pastando en las zonas pobres del desierto y en los fértiles pastos de Galilea.
Vio a los pastores que siempre iban delante de las ovejas, conduciéndolas a los mejores lugares.
Recemos por nuestros pastores, para que con valor y amor nos lleven a Jesús.