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Hay signos que nos permiten volver a programar la vida social y profesional tras la dura prueba de la pandemia. ¿Y qué mejor manera de reorganizar la vida que haciendo ejercicios espirituales como los proponía san Ignacio de Loyola?
Esta es la propuesta que acaba de lanzar la Casa “Cristo Rey”, dirigida por la congregación religiosa de derecho pontificio “Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey”, situada junto a Madrid.
Se trata de una tanda de ejercicios espirituales, abierta a todos los interesados (laicos, religiosos, sacerdotes...) de cualquier país, que se ofrecerá durante todo el mes de agosto. El retiro de un mes era algo muy común en la tradición ignaciana, y ahora la Casa “Cristo Rey” se propone relanzarlo en este momento histórico.
Estos son los cinco motivos que expone el padre Enrique Martín Baena, director de la Casa “Cristo Rey”, para hacer ejercicios espirituales de mes.
1Retomar el control sobre nosotros mismos
Porque en una sociedad de prisas, plazos y tan cortoplacista como es la nuestra, necesitamos experiencias espirituales de hondo calado que nos permitan volver a retomar el control y el dominio sobre nosotros mismos. Tenemos relojes pero nos falta el tiempo y este es un modo de recuperarlo.
2Necesitamos discernimiento espiritual
Porque necesitamos descender a ciertos niveles de mirada y asentarnos en la experiencia del discernimiento espiritual. Hoy se considera que no se necesita reflexionar sobre la vida, basta con vivirla. Necesitamos detectar y asimilar lo que nos llega de todos lados, y para que nuestra respuesta pueda ser adecuada necesitamos pararnos y mirar en profundidad.
3Recuperar la atención por lo que realmente importa
Porque lo contrario de estar distraídos no es estar atentos sino atraídos. La atención es consecuencia de la atracción. Los ejercicios de mes son un tiempo y un espacio providencial para ser atraído y recuperar esa atención por lo que realmente importa. Una cierta “hiperactividad espiritual” deja traslucir un “déficit de atención” que nos saca siempre a la superficie en vez de meternos en la realidad y por eso vimos tan a menudo cansados y frustrados.
4Recuperar el sentido y el gusto
Porque nunca solemos darnos tiempo de calidad profundidad y densidad para tomar las decisiones importantes y trascendentales de la vida. Este puede ser un buen momento para recuperar el sentido y el gusto.
Vivir con sentido y sin gusto es vivir densamente y seriamente pero triste. Vivir con gusto y sin sentido es vivir divertido y superficialmente pero vacío. Los ejercicios nos ayudan a recuperar la seriedad del sentido y la alegría del gusto genuinamente cristiano.
5En el 500 aniversario de la conversión de Íñigo de Loyola
Por cumplirse este año el 500 aniversario de la conversión de Íñigo de Loyola y realizando la experiencia del mes que él tanto conocía y estimaba, revivimos y actualizamos en nosotros esa gracia de los ejercicios que transformó no solo su vida, sino la de tantos a lo largo de cinco siglos hasta nuestros días.
Los ejercicios espirituales de mes comenzarán el 31 de julio, día de San Ignacio de Loyola a las 18:00 horas, y terminarán el día 1 de septiembre a las 10:00 horas. Serán dados por los sacerdotes cooperadores Parroquiales, con quienes tendrán que contactar previamente los interesados, en orden a tener una entrevista antes de formalizar la inscripción.
Para recibir más información puede enviar un correo electrónico a: casacristorey@cpcr.es