San José, el hombre silencio... ¿Conoces su enorme poder, incluso cuando está dormido? Él, con su “sí” ofreció un gran gesto misionero, uno de los más importantes de la historia cristiana, al aceptar ser el padre terreno de Jesús.
Aceptó cuidar -y lo hizo hasta su muerte- con un fiel amor a Jesús y a María. Y hoy continúa cuidando también de todos con su infinito amor. Tanto que ha sido proclamado patrono de la Iglesia.
En las representaciones de san José, lo vemos a menudo como padre y esposo cuidando de su familia, como padre amoroso con el Niño Jesús en brazos, con sus herramientas de trabajo,...
Pero otra imagen muy particular es la del santo, cómodamente y serenamente adormecido.
Esa es una hermosa imagen que el papa Francisco popularizó. Siempre la tiene cerca y a él le confía las necesidades de sus fieles con pequeñas notitas que pone debajo de la talla.
¿Por qué se representa a José mientras duerme?
Cuando uno ve la imagen, se lo ve sereno, tranquilo. ¿Es que acaso no tenía problemas? Parecería que al contrario de tantos, no sufría de insomnio.
Problemas sí que tenía, y bien grandes, ya que tenía que proteger a un niño pequeño que era Dios, y a su santa madre. Tuvo dudas y se preocupó.
Pero es durmiendo confiado cuando recibe los mensajes más importantes de parte de Dios: le advierte del peligro del rey Herodes, se le exhorta a no tener miedo y a amar y proteger incondicionalmente al Niño y a María.
Durante el sueño, a José se le revela su papel de padre putativo de Jesús y de todos los hombres, y se construye su figura de abogado, consolador y protector.
Es asombroso el poder de san José, incluso dormido...
Por eso, cuando no puedas dormir, cuando veas que los problemas te superan, rézale a san José dormido, para conseguir la tranquilidad, para que Dios se presente en tus sueños y te indique el camino a seguir.