El papa Francisco aseguró que las misas en latín, necesitaban “normas claras” para evitar excesos que las transformaran en ideología, asimismo, dijo estar bien de salud, llevar una “vida normal” después de su operación al colon, y que ni se le ha pasado por la cabeza renunciar.
Además habló del caso del cardenal Becciu: “Yo quiero de todo corazón que sea inocente”, dijo, entre otras declaraciones, en una entrevista concedida a la radio española COPE publicada este 1 de septiembre de 2021.
El Pontífice respondió a una hora y media de preguntas lanzadas por el comunicador Carlos Herrera. Por primera vez habla de su intervención médica de la que le extirparon "33 centímetros de intestino" y acalló los rumores sobre su salud, anunciando nuevos viajes: "Ahora está en programa Eslovaquia, después Chipre, Grecia y Malta".
En la entrevista concedida a la emisora de la conferencia episcopal española, el Obispo de Roma dio detalles con respecto al reciente documento que regula las misas en latín, y que ha causado el escándalo de sectores tradicionalistas.
"La historia de Traditionis Custodes es larga. Cuando Benedicto XVI hizo esta posibilidad de que se pudiera celebrar con el misal de Juan XXIII (anterior al de Pablo VI, que es el postconciliar) para aquellos que no se sentían bien con la liturgia actual, que tenían una cierta nostalgia... me pareció de las cosas pastorales más bellas y humanas de Benedicto XVI, que es un hombre de una humanidad exquisita. Y así empezó. Ese fue el motivo".
El Papa indicó que tanto Juan Pablo II, como Benedicto XVI consideraron "conveniente evaluarlo después de un tiempo". Una primera evaluación se hizo tres años después y luego pasaron diez años.
Y relata que "la inquietud que más aparecía era que una cosa hecha para ayudar pastoralmente a quienes han vivido una experiencia anterior, se fuera transformando en ideología. O sea, una cosa pastoral a ideología. Entonces había que reaccionar con normas claras. [...] Si usted lee bien la carta y lee bien el decreto, va a ver que simplemente es reordenar constructivamente, con cuidado pastoral y evitar un exceso".
El Papa muestra su deseo de que el cardenal Becciu salga inocente: “Una persona a la que tengo cierta estima”. Asimismo, el Sucesor de Pedro ha defendido los pasos dados hacia una mayor transparencia de las finanzas vaticanas: “No le tengo miedo a la transparencia ni a la verdad”.
Respecto al proceso por corrupción que inició en el tribunal del Vaticano y en el que está imputado el cardenal italiano Angelo Becciu, ya despojado de sus privilegios como purpurado, el Papa ha señalado en los micrófonos de Cope que “veces duele y mucho, pero la verdad es lo que nos hace libres”, tras recordar que todo empezó con dos denuncias de personas que trabajan en el Vaticano y que en sus funciones vieron una irregularidad. “Ellos tenían temor, yo les animé y puse mi firma encima”.
El pontífice latinoamericano ha recordado que el cardenal sin derechos, Becciu ha sido llevado a juicio porque así lo establece la legislación vaticana, pero ha aclarado que lo importante es seguir el justo proceso y respetar la presunción de inocencia.
Y dijo de Becciu: “Yo quiero de todo corazón que sea inocente. Además, fue un colaborador mío y me ayudó mucho. Es una persona a la que tengo cierta estima como persona, o sea que mi deseo es que salga bien. Pero es una manera afectiva de la presunción de inocencia, vamos. Además de la presunción de inocencia, tengo ganas de que salga bien. Ahora, la justicia es la que va a decidir”.
A propósito de la lucha contra la corrupción en las finanzas vaticanas, el Papa Francisco señala que “se ha progresado en la consolidación de la justicia del Estado Vaticano”, lo que ha permitido “que la justicia fuera más independiente, con los medios técnicos, incluso con declaración de testigos grabados, las cosas técnicas actuales, nombramientos de jueces nuevos, del ministerio público nuevo...”
El Pontífice respondió a Herrera que le hizo una pregunta sobre el proceso de acabar con la lacra de la pederastia en la Iglesia. El Papa hizo un homenaje al cardenal Sean O’Malley y lanzó un mensaje de denuncia internacional para que los gobiernos reaccionen ante la pornografía infantil.
Primero ha aplaudido la figura del cardenal O’Malley, su valentía y todo el trabajo que empezó a desempeñar ya desde antes de ser arzobispo de Boston para luchar contra estos abusos y que continúa en el Vaticano: “La Comisión de Defensa de Menores, que fue invención del cardenal O'Malley, hoy día está funcionando. [...] Creo que las cosas se están haciendo bien. De hecho, se ha progresado y cada vez se progresa más”.
Sucesivamente, el Obispo de Roma asevera en tono de advertencia: “Ahora, es un problema mundial y grave. Yo me pregunto a veces cómo ciertos gobiernos permiten la producción de pedopornografía. Que no digan que no se sabe. Hoy en día con los servicios de inteligencia se sabe todo. Un gobierno sabe quién en su país produce pedopornografía. Para mí esta es de las cosas más monstruosas que he visto”.
Durante la conversación, el Papa también habló de la eutanasia aprobada recientemente en España. El Papa clamó a una consecuencia de la cultura del descarte que avanza en Occidente: “Lo que no sirve se descarta. Los viejos son material descartable: molestan. [...] Los enfermos más terminales, también; los chicos no queridos, también, y se los manda al remitente antes de que nazcan”, lamenta el Papa.
Una cultura del descarte, señala el Papa, que influye mucho en el ‘invierno demográfico’ que vive Occidente, y que es particularmente agudo en países como Italia, -donde recuerda que la media es de 47 años- o España: “La pirámide se ha invertido. Es el ‘invierno demográfico’ en el nacimiento, en el que haya más casos de aborto. La cultura demográfica está en pérdida porque se mira el provecho. Se mira al de adelante... ¡y a veces usando la compasión! La Iglesia lo que pide es ayudar a morir con dignidad. Eso siempre lo ha hecho”.
Respecto al aborto, el 266 sucesor de Pedro ha reivindicado que “cualquier manual de Embriología de los que le dan a un estudiante de Medicina en la Facultad dice que, a la tercera semana de la concepción, a veces antes de que la madre se dé cuenta [de que está embarazada], ya están perfilados todos los órganos en el embrión, incluso el ADN. Es una vida. Una vida humana. Algunos dicen que no es persona. ¡Es una vida humana! Entonces, delante de una vida humana yo me hago dos preguntas: ¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema?, ¿es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? Segunda pregunta: ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema? Y con estas dos preguntas que se resuelvan los casos de eliminación de gente --por un lado o por el otro-- porque son un peso para la sociedad”.