Las palabras que utilizamos en nuestras conversaciones cotidianas tienen un gran poder, sean en las redes sociales, al teléfono o en persona. Pueden hacer crecer o destrozar. Como cristianos, es nuestra responsabilidad usar el lenguaje de modo que motive a nuestro prójimo en lugar de hundirlo.
El venerable Luis de Granada, un sacerdote dominico del siglo XVI, dio este consejo en un libro acertadamente llamado The Sinner’s Guide (La guía del pecador). En él, da el plan paso a paso para los pecadores que quieren empezar a practicar la virtud y ser liberados de la esclavitud del pecado.
Explica que las palabras tienen un gran poder que deberían usarse sabiamente.
Esto quiere decir que tenemos que tener en cuenta el impacto que cada palabra que usamos tendrá, sea en una conversación o en un comentario online.
Sobre todo, recuerda mantener la conversación encaminada hacia una meta positiva, no usándola como un medio para derribar a alguien, sino para elevarlo.
Con estos consejos espirituales en la mente, seremos capaces de reconsiderar la proxima vez que queramos decir algo malo sobre otro.