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Cuando estableció el Día Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores, el Papa Francisco alentó un mayor aprecio por las virtudes y contribuciones que las personas mayores hacen a las familias y la sociedad.
A menudo, esta contribución no se reconoce y no se aprecia mucho. Debido al deterioro físico y mental, los ancianos a menudo son marginados y dejados de lado en una "cultura del descarte".
Este espíritu cultural puede conducir al problema del abuso de personas mayores.
Sólo en los EE.UU., las estadísticas muestran que una media de una de cada 10 personas de 60 años o más ha sido víctima de abuso, y que éste adopta muchas formas.
Algunos de los tipos de abuso más comunes son el físico, emocional y sexual, así como la negligencia de los cuidadores. Los ancianos también son objetivos principales de la explotación económica, especialmente por parte de familiares que pueden estar experimentando dificultades financieras.
Sorprendentemente, el abuso ocurre incluso en instalaciones de atención médica autorizadas a manos de cuidadores profesionales.
Algunos de los signos más comunes de maltrato a personas mayores son piel magullada inexplicable, llagas y dificultad para moverse. La pérdida de peso o la desorientación pueden ser un signo de desnutrición o deshidratación.
Una reducción en los saldos de las cuentas bancarias o elementos faltantes del hogar de la persona mayor puede indicar explotación económica.
Siempre es mejor verificar y controlar la situación. Si se sospecha de abuso, se debe llamar a las autoridades competentes para que lo investiguen. Como en todos los casos de abuso, es prudente pecar de cauteloso.
Además, las visitas frecuentes en diferentes momentos del día y diferentes días de la semana son una buena forma de conocer más sobre la situación real de la persona mayor. Esto es especialmente cierto si se encuentran en un centro de atención.
Es bueno programar una visita durante la hora de la comida y observar cómo y cuánto come la persona mayor. El olfato también es un indicador clave de una buena higiene personal y ropa limpia.
También es importante tener en cuenta si se cortan las uñas de los dedos de las manos y los pies y si se peina el cabello.
El retraimiento emocional y social son dos respuestas que puede desarrollar una persona abusada, por lo que es importante observar cómo se relaciona el anciano.
Desde el inicio de su papado, el Papa Francisco ha pedido vigilancia para proteger los derechos y la dignidad de los ancianos.
Una forma sencilla de hacerlo es visitar a nuestros ancianos lo más a menudo posible, y ser prudentes con respecto a su condición.
Estos encuentros fortalecen los lazos intergeneracionales y nos brindan la oportunidad de responder a cualquier inquietud que amenace con disminuir la calidad de su vida.