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Un nuevo bebé es un tsunami emocional para sus hermanos, se lleven mucho o se lleven poco. Sin embargo, como los embarazos son muy largos, tenemos tiempo para ir contándoles, poco a poco, todos los cambios que van a llegar a sus vidas.
Por muy pequeños que sean, deben ser ellos los primeros en conocer la noticia. Así empezamos a darles su protagonismo en esa historia, y hacemos posible que se conviertan en los portavoces de la familia: que sean ellos quienes anuncien la buena nueva a abuelos, tíos y amigos.
A medida que nos van haciendo ecografías es bueno enseñárselas y compararlas con las suyas de cuando tenían la misma edad gestacional. También podemos sacar el álbum de fotos y que vean qué pequeñitos eran y cómo estaban siempre en brazos, cuidados por alguien. Esto abrirá la puerta para hablarles del tiempo que reclaman los bebés, lo mucho que lloran...
Ayudalos a conocer el proceso
En definitiva, el tiempo que el nuevo bebé nos va a exigir es mucho. Es conveniente adelantarse y avisarles que esto durará un tiempo, que -poco a poco- el hermanito se hará menos dependiente y ya no acaparará tanta atención.
Date el tiempo necesario para explicarles todo lo que creas que va a pasar: que mamá estará más cansada, todos más estresados..., pero que le van a seguir queriendo más que nunca.
Quítales el miedo que pueden tener cuando imaginan a mamá en el parto. Sobre todo, si son un poco mayores, es fácil que tengan la imagen de un parto de alguna película o serie de televisión. Esa preocupación de que le pase algo malo a su madre puede producir cierto rechazo al nuevo bebé por ser el "culpable" de ello.
Asegúrales que esos eran partos de otras épocas, que los hospitales y los médicos tienen herramientas modernas para conseguir partos sin dolor y sin riesgo materno. Tratar este tema es absolutamente necesario.
Avísales con tiempo de quién vendrá a cuidarles o a qué casa irán durante los días de hospitalización. Que nada les tome por sorpresa.
Si vas a pasar a tu hijo de la cuna a la cama, si le vas a quitar el pañal o el chupete, si va a empezar a ir a la guardería, que sea antes de que nazca el bebé. Que ningún cambio coincida con la llegada de su hermanito.
Ser consecuente con esto también conlleva cuidar y tener precaución con las conversaciones que pueden escuchar (aunque aparenten no prestar atención) entre los padres y otros adultos. Por ejemplo, que no te escuche decir que tienes que quitarle el pañal antes de la llegada de su hermanito porque no quieres verte manejando dos tallas de pañales.
No le digas que tiene que querer mucho al nuevo bebé, porque, cuando éste llegue a casa le parecerá feo y pesado, en consecuencia, además del cambio en sus rutinas, tendrá la sensación de no sentir lo que debería sentir, lo que puede generar una tormenta emocional en su pequeño pero gran corazón.
Por el contrario, aprovecha todas las oportunidades que tengas para repetirle cómo lo va a querer el bebé a él.
¿Quién decide el nombre del bebé?
Hazles partícipes de todos los preparativos de la llegada del bebé. Algunos autores recomiendan que los hermanos intervengan en la decisión de escoger el nombre de su hermanito.
Y, por supuesto, hay que declarar inmediatamente enemigos de la familia a todos aquellos que se dirijan al hermano mayor con términos como "pobrecito".
Con estos consejos tus hijos se sentirán igual de felices por la llegada de su nuevo hermanito.