Es un caso trágico en todos los sentidos. En primer lugar, por lo acontecido con una niña inocente de 11 años que quedó embarazada tras ser violada por su abuelastro en la localidad de Yapacaní.
En medio de esto, la valiente decisión de parte de la niña y su madre de continuar con el embarazo, algo que no cambió por intervención de la Iglesia, tal cual confirmó en diálogo con Aleteia el delegado episcopal de Salud de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra, Víctor Hugo Valda.
Más de ocho iglesias agredidas en los últimos cinco días
Pero también el caso llena de dolor por todo lo que ha estado pasando con respecto a esta situación y las agresiones que ha estado sufriendo la Iglesia. En los últimos cinco días fueron más de ocho iglesias las agredidas por grupos a favor del aborto en diversas localidades del país, tal cual se indicó a Aleteia desde Bolivia.
Las imágenes cedidas a modo de cortesía son por demás contundentes. Desde las más notorias en la catedral de Santa Cruz el domingo, hasta otras de esta madrugada como Señor de la Exaltación en La Paz (vinculada a los pasionistas), la iglesia Cristo Rey o María Auxiliadora.
Hasta la propia sede de la CEB sufrió violencia:
Por su parte, tal cual se confirmó también a Aleteia, la CEB anunció a través de su presidente, monseñor Ricardo Centellas, una denuncia legal por estos actos.
Medida cautelar ante la CIDH
Por último, un nuevo capítulo que se desprendió de esta dolorosa situación. Ante la insistencia de organismos como Defensoría del Pueblo para que la niña embarazada aborte, la madre y sus abogados presentaron una solicitud de medidas cautelares ante la CIDH.
“Solicito con urgencia a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que se ordene al Estado Boliviano, como medida cautelar, el asegurar que se ponga fin a los intentos de la Defensoría del Pueblo, y cualquier otro organismos público y privado, de subvertir la opinión y decisión de (la niña) de no concretar el aborto y la muerte de (…) el niño que lleva dentro”, señala parte del documento.
En lo previo, la propia madre había ratificado la versión de la Iglesia en cuanto a que ni ella ni su hija están de acuerdo con la interrupción del embarazo.
“Desde que me explicaron en el hospital de Yapacaní que había un riesgo en ambos casos, tanto como en el aborto, como de continuar con el embarazo, nosotros decidimos que continúe con el embarazo”, manifestó la madre a través de una entrevista concedida a La Revista de UNITEL,
Mientras tanto, la niña sigue en un hogar de la iglesia en Santa Cruz de la Sierra. Una situación que invita a reflexionar, pero también a rezar por un caso que a esta hora ya se convirtió también en sinónimo de furia contra la Iglesia.