Impresiones de José María Zavala, director de Amanece en Calcuta
El pasado viernes, 5 de noviembre, recibía la noticia de que ‘Amanece en Calcuta’ había sido seleccionada como candidata a los Premios Goya 2022 en ocho categorías, incluida mejor película, director, guion y música original.
Mi primera reacción ha sido darle gracias a Dios para su mayor Gloria y alegrarme en el alma porque el cine católico siga siendo hoy, a pesar de los pesares, una realidad insoslayable en la gran pantalla.
Emprendí en su día, muy ilusionado, mi aventura como académico del cine español precisamente para arrojar luz allí donde algunos sólo se obstinan en poner oscuridad. Los católicos también podemos hacer buenas películas que remuevan el corazón de los espectadores con valores menospreciados en la sociedad actual.
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Bien sabe Dios que sólo me mueve el denodado afán de ayudar a los demás compartiendo todo aquello en lo que creo, razón por la cual estoy ahora sumergido en el rodaje de mi quinta película, El Cielo no puede esperar, sobre Carlo Acutis, el adolescente italiano que falleció con tan sólo quince años a causa de una leucemia galopante y que supo ser feliz haciendo felices a los demás. Un ejemplo ineludible para los jóvenes y no tan jóvenes.
Entre plano y plano, aprovecho para emprender la gira de estrenos en cines de mi cuarta película Wojtyla. La investigación, la cual debió suspenderse por culpa de la pandemia.
Durante este mes de noviembre estaré así en Sevilla, Córdoba, Soria, Toledo, Zaragoza, Tarragona y donde Dios quiera llevarme, aprovechando para presentar la cinta a los espectadores y mantener luego con ellos un animado coloquio que contribuya a extender la egregia figura de San Juan Pablo II que tanto se echa de menos hoy.
Como también me considero escritor, el 15 de noviembre saldrá a las librerías de toda España (aunque ya puede reservarse en Amazon y en el correo editorialcustodian@gmail.com) mi nuevo trabajo Los últimos tiempos ya están aquí. La vidente Jacinta de Garabandal rompe su silencio, que espero abra de par en par los ojos del corazón a miles de lectores.