Aristóteles (384/383-322 a.C.), en Ética a Nicómaco, afirma que la amistad, aunque sea necesaria para la vida y el ser humano no pueda prescindir de ella, puede constituirse sobre dos motivos accidentales que no permiten que sea duradera: el placer o la utilidad.
Jóvenes
Esas características, según Aristóteles, se encuentran frecuentemente en la amistad entre los jóvenes, que por eso son muchas veces volubles y fugaces:
Buscan el bien
Para Aristóteles, solo las personas que buscan el bien pueden vivir amistades duraderas:
Raras
Aristóteles reconoce, sin embargo, que tales amistades son raras:
Aunque es difícil, no debemos renunciar al deseo de ser y tener un amigo así. El mundo de hoy necesita personas que no se rindan ante las verdaderas amistades.