En la imagen tres niños junto al Niño Jesús. Ellos representan a la Virgen María y a un ángel. Pero también a San José, cuya figura ha retumbado a lo largo de un año en diversas partes del mundo debido al tiempo especial que el papa Francisco a pedido que se le otorgara a él.
En el caso de esta postal, la representación proviene desde Chile y ha sido con motivo de la clausura, precisamente, del Año de San José.
Fue en esa ocasión, tal cual recuerda la Iglesia de Chile, que muchas personas participaron dando su testimonio con respecto a la figura de San José en sus vidas.
La hermana Clara Rivera, misionera Servidora de la Palabra, fue una de las participantes y quien consideró que se hizo la clausura en la Plaza de Armas de Talcahuano como manifestación de fe. Fue ella quien también destacó la importancia de promover la devoción a San José, a quien lo destacó como “intercesor poderosísimo”.
“Dios le encargó sus tesoros más grandes: Jesucristo, la Virgen María y la Iglesia”, expresó.
Fue ahí donde también aparecieron otros conceptos como humildad, sencillez, espíritu de servicio y trabajo. Pero también las palabras de quienes destacaron como San José, de forma silenciosa, les ha ido abriendo caminos y -con su ejemplo- también cambiando las vidas.
Hoy estas imágenes y manifestaciones son comunes en diversas partes del mundo, cuando se cierra el año dedicado a él, quien lentamente parece volver al silencio.
¿Cómo has vivido este año dedicado a San José?
Mientras te haces esta pregunta vale la pena volver un instante recordar aquello que representa San José como esposo de María, el hombre elegido por Dios para ser el padre de Jesús. El mismo que ha sido destacado como justo, práctico y silencioso, listo a seguir la voluntad de Dios.