El papa Francisco ha pedido que la Navidad no se contamine con el consumismo y la indiferencia. Lo ha subrayado en la audiencia a los donadores del nacimiento andino y del árbol venido de las montañas de Italia. Ambos símbolos de la Navidad serán iluminados y abiertos al público en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
El Papa exhortó a vivir la Navidad de manera espiritual este viernes, 10 de viernes de 2021 en el Aula Pablo VI.
El árbol y el pesebre son patrimonio de "nuestras comunidades: un ambiente de ternura, de compartir y de intimidad familiar.
No vivamos una Navidad falsa y comercial. Dejémonos envolver por la cercanía de Dios, por el ambiente navideño que el arte, la música, las canciones y las tradiciones traen a nuestros corazones".
El Papa invitó a contemplar el niño Jesús con toda su inocencia, ternura, cercanía y compasión.
"Dios se revela no como el que está en lo alto para dominar, sino como el que se hace pequeño y pobre, para servir".
"Esto significa - dijo - que la manera de parecerse a Él es la de abajarse, la del servicio”.
El Obispo de Roma agradeció a las delegaciones del Perú por el pesebre para la Plaza de San Pedro.
Asimismo tuvo palabras de aprecio para la delegación de Trentino (Italia) que ha donado el árbol de Navidad.
Jesús vino a salvar a todo hombre y mujer
El papa Francisco dirigió sus palabras de agradecimiento a la Delegación Peruana de Huancavelica:
“Los personajes del pesebre –dijo – realizados con materiales y ropas característicos de esos territorios, representan a los pueblos de los Andes y simbolizan la llamada universal a la salvación. De hecho – subrayó– Jesús vino a la tierra en la concreción de un pueblo para salvar a todo hombre y mujer, de todas las culturas y nacionalidades”.
Huancavelica es el departamento en el que se encuentra el pueblo de Chopcca. De ahí proviene el gran nacimiento andino instalado en la Plaza de San Pedro.
También agradeció a Monseñor Carlos Salcedo Ojeda, Obispo de Huancavelica, y a las Autoridades civiles y eclesiásticas.
Especialmente saludó al Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, y a todos los que han colaborado en la realización de este pesebre andino.
El Árbol
El Papa también tuvo palabras de reconocimiento dirigidas a la Delegación de Andalo, Trentino (Italia). Lugar de donde proviene el árbol de navidad donado.
“El árbol permanecerá junto al pesebre hasta el final de las fiestas navideñas y será admirado por peregrinos de muchos lugares. El abeto es un signo de Cristo, el árbol de la vida un árbol al que el hombre no tenía acceso a causa del pecado.
Pero con la Navidad, la vida divina se ha unido a la vida humana. El árbol de Navidad, entonces, evoca el renacimiento, el don de Dios que se une al hombre para siempre, dándonos su vida. Las luces del abeto recuerdan la de Jesús, la luz del amor que sigue brillando en las noches del mundo”.
Dios se revela en la pequeñez
Por otro lado, Francisco explicó que, “los que vengan aquí, al Aula Pablo VI, en los próximos días podrán saborear este ambiente también gracias al belén que hicieron los jóvenes de la parroquia de San Bartolomé in Gallio, en la diócesis de Padua, Italia”.
El Papa les agradeció por este regalo, fruto del compromiso y la reflexión sobre la Navidad, la fiesta de la confianza y la esperanza.
“En Navidad Dios se revela no como el que está en lo alto para dominar, sino como el que se abaja, pequeño y pobre, para servir: esto significa que la manera de parecerse a Él es la de abajarse, la del servicio.
Para que sea verdaderamente Navidad, no olvidemos esto: Dios viene a estar con nosotros y nos pide que cuidemos de nuestros hermanos, especialmente de los más pobres, débiles y frágiles, a quienes la pandemia corre el riesgo de marginar aún más. Porque así es como vino Jesús al mundo, y el pesebre nos lo recuerda”, concluyó.