La doctora en Educación y Psicología, Catherine L’Ecuyer, desveló en su conferencia en la Fundación Universitaria San Pablo CEU algunas ideas para que los padres cojamos las riendas del encargo tan noble que tenemos como pajes de los Reyes Magos.
La CEU talk empezó como una carta dirigida a Melchor, Gaspar y Baltasar resaltando la importancia de su trabajo por el impacto en la vida de millones de niños y jóvenes.
Esta huella en el momento presente también se proyecta hacia el futuro. Como dice L’Ecuyer, “cuántos niños vieron su vocación profesional después de haber recibido vuestros regalos. Cuántos chefs, pilotos, veterinarios, biólogos vieron su futuro profesional después de haber recibido aquella cocinita, aquel avión teledirigido, su animal de compañía o un kit de experimentos”.
No solo educamos los padres o los maestros. Sobre todo, educa el ambiente
Es bueno que los padres asumamos nuestro rol como principales educadores de nuestros hijos. Pues como indica la experta “no solo educamos los padres con la palabra, con el ejemplo. Y no solo educan los maestros con las clases, con los trabajos. Educa también, y, sobre todo, el ambiente”.
Los padres competimos con el ambiente, que arrastra. En un mundo inmerso en pantallas resulta cada vez más difícil educar a los niños en el mundo real. También competimos con la moda o incluso con otras familias que se nos adelantan comprando productos determinados antes de hora.
Regalar al niño según su naturaleza de niño
L’Ecuyer resalta el hecho de que cuando Sus Majestades adoraron al Niño Jesús, le ofrecieron como presentes oro, incienso y mirra; de acuerdo a su naturaleza divina. Y pide ahora a los Reyes que se les dé a los niños según su naturaleza de niños, sin adelantar etapas.
Es de niños pedir y pedir, sin pararse a pensar en la conveniencia de eso que piden. Es ahí donde los padres debemos actuar y sopesar si aquello que solicitan es adecuado para que entre en el hogar.
Los sabios consejos de Catherine revelan que “la naturaleza del niño es la misma que hace 1.000 años. Lo que ha cambiado de forma frenética es el ambiente que les embota y atrofia su sensibilidad impidiéndoles asombrarse ante la belleza”.
La clave está en custodiar la sensibilidad de nuestros hijos
“La sensibilidad”, define L’Ecuyer, “es como una especie de onda que permite al asombro sintonizar con la belleza”.
Existen cuatro factores que anestesian la sensibilidad:
Ante este bombardeo de estímulos, baja la sensibilidad y sube el umbral de sentir.
Para paliar ese hueco que se genera necesitaremos de estímulos cada vez más fuertes, más violentos, más intensos y más rápidos.
Cuando el niño vuelve a la vida real, todo le impacienta y le aburre.
5 actuaciones para custodiar esa sensibilidad
Nuestra conferenciante nos brinda cinco actuaciones para blindar la sensibilidad de nuestros pequeños:
En resumen, la carta a los tres Reyes no tiene la última palabra. SSMM deben filtrar el escrito escogiendo ese regalo según lo que hemos comentado en este artículo. Así seguro que aciertan.
Si lo deseas, puedes ver la conferencia de Catherine L'Ecuyer completa (22 minutos):