La osteoartritis es una patología muy común, pero que afecta a la calidad de vida de las personas, ya que uno de los síntomas que lo caracteriza es un dolor progresivo relacionado con el movimiento o carga física que mejora con el reposo.
Es también conocida como artrosis, una enfermedad degenerativa que se caracteriza por el desgaste del cartílago articular, y que causa dolor y rigidez en las articulaciones.
A pesar de que es una enfermedad irreversible se puede controlar eficazmente siempre que el diagnóstico sea oportuno.
Por lo general el tratamiento requiere de un medicamento para aliviar el dolor (indicado por el médico tratante). Pero además es importante que la persona realice algún tipo de actividad física indicada por un especialista y que se mantenga o baje de peso si es necesario. Esto ayudará a calmar el dolor y funcionamiento de las articulaciones.
La obesidad un riesgo para la artrosis
Existen múltiples factores que aumentan el riesgo de desarrollar osteoartritis: genéticos, sexo, edad, raza, peso corporal (sobrepeso y obesidad), lesiones previas, actividad física en general, deportiva en particular.
La obesidad es un problema de salud creciente a nivel mundial, está demostrado que las personas que no tienen su peso dentro de la normalidad aumentan en 4 o 5 veces sus posibilidades de padecer artrosis.
El sobrepeso y la obesidad aumentan la posibilidad de perpetuar la artrosis en articulaciones que ya tienen la enfermedad. Esto es debido a que el tejido graso libera una hormona llamada leptina y adipoquinas (sustancias inflamatorias). Esto genera una inflamación y daño en el cartílago.
Es un círculo vicioso ya que la grasa en exceso contribuye a la inflamación. Esto provoca dolor en las articulaciones y hace que las personas abandonen la actividad física que estaban realizando. Esto provoca una mayor acumulación de grasa y así sucesivamente.
Por otro lado el exceso de peso influye también en las articulaciones de las rodillas y caderas. Son las que cargan peso, y al haber un sobrepeso u obesidad sufren un estrés mecánico. Con el tiempo provoca un daño articular que conduce a la artrosis.
Si se bajara 5 kilos de más o un 10% de peso corporal, ya se aliviarían síntomas, principalmente el dolor.
Además cuando envejecemos el problema se acrecienta porque es una etapa en la que disminuyen los niveles de actividad física. Además se comienza a perder masa muscular (sarcopenia) lo que aumenta la probabilidad de desarrollar osteoartritis.
Una adecuada alimentación puede ayudar a reducir la inflamación
Primero es necesario comenzar controlando el peso. Si se sabe que se presenta sobrepeso u obesidad es recomendable consultar con un nutricionista. Nos asesorará para bajar los kilos de más de una forma saludable y nos ayudará a cambiar algunos hábitos alimentarios que dañan la salud.
Cuando el peso es normal y es una persona sana, lo ideal es incorporar en su alimentación algunos consejos que ayudan a calmar el dolor.
Además de la alimentación, es muy importante controlar el peso corporal, desarrollar la fuerza muscular y equilibrio a través de ejercicios específicos indicados por especialista (médico fisiatra o deportólogo). Son la clave para prevenir y mejorar la calidad de vida.