“Hoy recibimos la visita de nuestra madre, la Virgen de Itatí. ¿Y qué más pudo pasar? Sí, ella trajo la bendecida lluvia, la cual pudo calmar varios focos de incendio. Muchas gracias virgencita de Itatí”.
Aquí un simple posteo a través de las redes sociales, pero cuyo contenido esconde una profunda alegría y agradecimiento. Es que en las últimas horas la tan anhelada lluvia en la provincia argentina de Corrientes se hizo presente para calmar varios focos de incendios.
La alusión a la Virgen de Itatí, patrona de esa zona y una de las advocaciones más famosas de Argentina, no es para nada casual. Desde la propia Arquidiócesis de Corrientes se dispuso recientemente que la Virgen saliera en peregrinación a consolar a los pobladores. Las visitas estaban previstas para el domingo 27. Pero es como que la oración hubiera sido escuchada de manera inmediata.
“Supliquemos la intercesión de nuestra Tierna Madre de Itatí para que cese esta calamidad, consuele a los que han sido damnificados por esta catástrofe climática, y suscite gestos efectivos de cercanía y solidaridad hacia aquellos que han sido más perjudicados”, habían pedido los obispos correntinos, tal cual recuerda la nota firmada por Esteban Pittaro para Aleteia.
Alivio y lágrimas de emoción
Lo sucedido este domingo, con el “agua providencial”, representa tan solo un alivio para una zona afectada hace dos años por la sequía y los incendios que devastaron cerca del 10% del territorio provincial.
En medio de este panorama, focos de fuego que se mantienen y la labor incansable de bomberos, además de ayuda proveniente de países como Brasil. Sin dudas una fuerte tragedia que también se convirtió en solidaridad y caridad. Desde organizaciones vinculadas a la Iglesia como Cáritas Corrientes se ha estado recibiendo donaciones para distribuirlas entre los afectados, además de colaborar con quienes combaten el fuego.
En ese sentido, imágenes que también conmueven por estas horas a Argentina. Bomberos emocionados por las lluvias. Lágrimas de agradecimiento que caen en tierra para hacer florecer esperanza entre tanto dolor.