Es cordobés, vive en Kiev y asegura que ahora su zona está tranquila. En la parroquia de la Asunción de la Virgen tienen acogidos a 25 parroquianos. Viven en comunidad, algo que ayuda psicológicamente en este momento.
Cada día rezan laudes, celebran misa y tiene adoración al Santísimo. También trabajan y organizan la ayuda humanitaria que reciben de varios países como España, Francia o Polonia.
La iglesia se ha convertido en un centro de ayuda donde se reparten alimentos a cientos de vecinos que acuden cada día.
Dios está presente
A diario visita a enfermos, ancianos y a gente que no puede salir de su casa. Les lleva la Comunión y acude a confesarles.
Asegura que "Jesucristo está presente en el sufrimiento y no nos ha dejado solos. En medio de la cruz podemos encontrarnos con Él".
Explica cómo la población sufre la injusticia y la precariedad material pero asegura: "Dios se hace presente en cada cosa".
Cada día, un combate
Viven la situación con paz, con fe. En medio de las bombas y la destrucción asegura que "Dios es el que lleva nuestra historia, el que nos ha dado la vida".
Por eso, explica que está "feliz y agradecido" y que "cada día es un nuevo combate, una nueva oportunidad para dar gracias a Dios".
Amar al enemigo
Entiende su vocación desde el servicio y la entrega e insiste en que está llamado a vivir en comunidad.
El padre Zafra afirma que estar ahí y ahora es una oportunidad de servicio para toda esa gente. Insiste en que se siente afortunado.
El consuelo de la Palabra
Hay momentos de debilidad, de sufrimiento por todo lo que pasa y todo lo que ve. Sus parroquianos están desesperados, en casa, con miedo. Necesitan la ayuda que él les da y que da sentido a su labor en este momento.
Pedro dice que no pueden quejarse, que no les falta lo necesario para seguir adelante y que sobre todo tienen lo más importante, la Palabra.
Asegura que "Dios esta aquí presente y cada día con su Palabra nos consuela. Es la luz para seguir cuando todo se complica".
La Misión tiene sentido
Lleva diez años trabajando en Ucrania. En todo ese tiempo ha administrado infinidad de veces los sacramentos.
Sin embargo, cobran un especial valor los que han tenido lugar en este momento de incertidumbre.
Con una sonrisa en la cara, cuenta cómo en este mes de invasión rusa la vida se abre paso. En estos días he celebrado tres bodas y dos primeras comuniones.
"Siento que la misión tiene sentido", afirma. Incluso cuenta como en este tiempo más fieles acuden a misa, "vienen buscando la respuesta al sufrimiento".