Zacaria vive en Bolonia, tiene 12 años. Es adoptado, de origen marroquí. Cuando era pequeño se enfermó de meningitis y la enfermedad le causó la sordera.
Al ser sordomudo, el único modo para poder comunicarse con los demás es el lenguaje de señas. Reunidos los docentes en consejo de clase, decidieron dar la hermosa oportunidad a Zacaria de poder entablar una “conversación” con sus amigos.
Es así, como todos los jueves una educadora, enseña en forma sistemática y estructurada el lenguaje de señas.
Esto es una gran riqueza para toda el aula, no solo por el “nuevo idioma” que están aprendiendo, es rico también de experiencia. Los niños han podido sumergirse en la dimensión en la que viven las personas con discapacidad auditiva.
Los adolescentes, pudieron aprender, lo esencial como: la partes del cuerpo, los colores, los miembros de la familia, nuevas recetas y canciones.
También comenta, Miazzi, que superaron notablemente las expectativas, y que aunque si Zacaria, no puede hablar, “hablan” sus ojos, que desde entonces brillan en un modo especial, brillan de felicidad, ya no se encuentra solo en aquel silencio aterrador.
Además gracias a sus compañeros está adquiriendo una herramienta muy importante para interactuar con el mundo y su futuro.
Dentro de un año tendrá que ir al liceo, y esta experiencia lo ayudará a sociabilizar mejor y a perder el miedo de entablar un “dialogo” con los demás.
Esperemos que muchas escuelas como esta, la “Giovanni Pascoli” de Anzola dell’Emilia, sigan su ejemplo de “verdadera inclusión”.
Fuente: QuotidianoNazionale