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“La familia humaniza a las personas mediante la relación del 'nosotros' y al mismo tiempo promueve las legítimas diferencias de cada uno. Esto, ojo, es realmente importante para entender lo que es una familia, que no es solo un conjunto de personas”.
Lo dijo el papa Francisco a los participantes de la Sesión Plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales de esta mañana, 29 de abril de 2022.
La familia - según explicó el Papa- está casi siempre en la cima de la escala de valores de los distintos pueblos, porque está inscrita en la propia naturaleza de la mujer y del hombre.
En este sentido, insistió que el matrimonio y la familia no son instituciones puramente humanas, a pesar de los numerosos cambios que han sufrido a lo largo de los siglos y de las diferencias culturales y espirituales entre los pueblos.
Pues, más allá de todas las diferencias, hay rasgos comunes y permanentes que revelan la grandeza y el valor del matrimonio y de la familia.
Sin embargo, el Papa advierte que “si este valor se vive de forma individualista y privada, como ocurre en parte en Occidente, la familia puede quedar aislada y fragmentada en el contexto de la sociedad”.
“Se pierden las funciones sociales que la familia cumple entre los individuos y en la comunidad, especialmente en relación con los más débiles, como los niños, las personas con discapacidad y los ancianos dependientes”, abundó.
El Pontífice plantea que la familia no es una “mera agregación de individuos”, sino que representa un "vínculo de mutua perfección”. Dijo al citar a San Pablo (cf. Col 3,12-14).
"En efecto, el ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, que es amor (cf. 1 Jn 4,8.16)".
“El bien de la familia no es de tipo agregativo, es decir, no consiste en agregar los recursos de los individuos para aumentar la utilidad de cada uno”.
Todo lo contrario, indicó que la familia “es un vínculo relacional de perfección, que consiste en compartir relaciones de amor fiel, de confianza, de cooperación, de reciprocidad, de las que derivan los bienes de los miembros individuales de la familia y, por tanto, su felicidad.”
Entendida así, sostuvo, la familia, que es un bien relacional en sí misma, se convierte también en fuente de muchos bienes y relaciones para la comunidad, como la buena relación con el Estado y las demás asociaciones de la sociedad”.
Además, las familias son una fuente de “solidaridad”; pues brinda “la acogida de los que tienen dificultades, la atención a los más pequeños, la lucha contra los procesos de empobrecimiento, etc.”.
“Este vínculo perfectivo, que podríamos llamar su "genoma social" específico, consiste en la acción amorosa motivada por el don, en vivir según la regla de la reciprocidad generosa y la generatividad” .