En este cuarto domingo de Pascua Jesús se presenta como el Buen Pastor y así lo leemos en el Evangelio: Él conoce a sus ovejas y ellas le conocen a Él y le siguen.
Seguramente habremos visto alguna vez un rebaño de ovejas pastando en una inmensa llanura. Y a su lado, a un pastor con su bastón que cuida de ellas y las guía. Es una escena muy hermosa y tierna y que siempre suscita simpatía en los niños.
¿Quién no coloca a las ovejas y al pastor en un pesebre? Estos personajes eran muy habituales en la época y el ambiente en que vivió Jesús, así que estuvieron presentes en su nacimiento y a lo largo de su vida y de su predicación.
Pastores y ovejas en la Biblia
Por esta razón Jesús utilizó muy a menudo este recurso. Pero ya antes lo hicieron los profetas cuando hablaban de Dios, al que representaban como un pastor, y de su pueblo elegido como sus ovejas. No lo he contado, pero he leído que en la Biblia las ovejas aparecen en 298 ocasiones.
Jesús también utilizó esta imagen del pastor en múltiples ocasiones: en este caso, el pastor es Él mismo y las ovejas, nosotros, su Iglesia.
De hecho, el texto del Evangelio de este domingo dice lo siguiente: “En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno». (Jn 10,27-30)
Pastores con olor a oveja
El Papa Francisco también ha utilizado en varias homilías y predicaciones a estos personajes: el pastor y las ovejas. Y ya lo hizo al principio de su Pontificado, durante su primera Misa en Jueves Santo -28 de marzo de 2013-, cuando los sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales. Ante más de 1.600 sacerdotes les pidió renovar su espíritu de santidad con el que fueron ungidos el día de su ordenación:
“Esto os pido: sed pastores con «olor a oveja», que eso se note–; en vez de ser pastores en medio al propio rebaño, y pescadores de hombres”.
Ideas para transmitir a los niños
Jesús siempre solía hablar utilizando parábolas y recursos cercanos y sencillos para que todos le entendieran. Y en este caso usa las figuras del pastor y sus ovejas para referirse a su relación con nosotros.
Esta imagen del Buen Pastor ha sido representada en muchas ocasiones en el arte cristiano, tanto en pintura como en escultura. Y también algunos teólogos usaron este recurso para referirse al trato de Jesús con los hombres.
Para los niños de ahora también es muy didáctico el uso de esta imagen y gracias a ella podemos transmitirles las ideas que esconden las palabras que Jesús nos dice en el Evangelio de hoy:
- Jesús es nuestro pastor. Nos conoce bien y por eso dio su vida por nosotros.
- Jesús quiere guiarnos y protegernos.
- Jesús y el Padre son uno. Esa unidad también debemos vivirla entre nosotros.
1Jesús es nuestro Pastor.
En primer lugar, podemos explicar a los niños porqué las ovejas representan a los hombres. Así que podemos mostrarles con ejemplos que una de las características de las ovejas es que son animales muy dependientes, que necesitan del cuidado de un buen pastor para sobrevivir.
Las ovejas no tienen sentido de la orientación, no son capaces de encontrar agua ni pastos por sí solas y si son atacadas por otro animal, como el lobo, no saben defenderse, se quedan inmóviles y asustadas. Además, si se caen, en muchas ocasiones no pueden levantarse ni moverse hasta que el pastor las rescata.
Podemos buscar información en algún libro o en Internet y mostrar imágenes a los niños del comportamiento de estos animales.
2La oveja es dócil a la voz del pastor.
Pero la idea principal no es que la oveja sea un poco torpe, que lo es, sino que es un animal dócil que se fía plenamente de su pastor, que las conoce una a una y sabe cuáles son sus necesidades. Entre ellos se crea un vínculo especial de fidelidad.
Continuamos explicando a los niños que las ovejas siguen siempre la voz de su pastor, igual que nosotros seguimos a Jesús. “Escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen” dice el Evangelio.
El buen pastor toma bajo su responsabilidad a las ovejas que le son confiadas y se ocupa de cada una de ellas: sufre frío, calor, cansancio, sed, hambre... por amor.
Igual que Jesús, que dio su vida por cada uno de nosotros, para salvarnos del pecado y darnos la vida eterna. Por amor.
3Jesús, nuestro guía.
Pero para que Jesús pueda ser realmente nuestro buen pastor y nuestro guía, nosotros tenemos que desear ser ovejas suyas, es decir, escuchar su voz y seguirle. Sin embargo, no quiere que seamos animales “aborregados”, sino que Jesús nos quiere libres.
Además, enseñar a los niños que debemos esforzarnos por ser ovejas buenas de este buen Pastor. ¿Y para qué?, quizá se pregunten. Pues para alcanzar la vida eterna que Jesús consiguió para nosotros al morir en la Cruz. “Y yo les doy la vida eterna”, continúa diciendo el Evangelio de San Juan (Jn 10, 28).
Así que podemos transmitir a los pequeños que hay que escuchar la llamada de Jesús que nos invita a vivir como auténticos cristianos. Igual que las ovejas comen y beben en los pastos que les indica su pastor, nosotros debemos vivir alimentados por la gracia que nos dan los sacramentos y cumpliendo los mandamientos.
Si somos fieles, no pereceremos.
Otra idea que nos transmite el Evangelio es que Jesús, nuestro pastor, como dio su vida por cada uno de nosotros, no quiere que ninguno se pierda.
“No perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano”, añade Jesús en el Evangelio. ¡Qué imagen tan bonita! Ir de la mano de Jesús camino del Cielo.
4Jesús, encargado de cuidarnos.
Además, fue el mismo Dios Padre quien nos entregó a Cristo para que Él nos cuidara entre sus manos. “Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre”, dice Jesús sobre sus ovejas, que somos nosotros.
5Buscar la unidad.
Finalmente, el Evangelio de hoy acaba con una afirmación muy profunda: “Yo y el Padre somos uno”. Quizá para los niños pueda ser complicado entenderlo, pero podemos decirles que “uno” significa unidad.
Y esa unidad la debemos vivir entre todos nosotros. Ponerles ejemplos cercanos como la unidad en la familia, los padres con los hijos, los padres entre sí, con los hermanos, con amigos…incluso con los que no conocemos.
Animarles a seguir el ejemplo de Cristo, que es el que debemos imitar. Y como cristianos debemos llevar su ejemplo y su mensaje a todo el mundo. Esa es nuestra labor evangelizadora.
6Enseñarles a agradecer.
En definitiva, este domingo del Buen Pastor puede ser un buen día para dar gracias por el don de la fe. Enseñar a los pequeños a agradecer a Jesús que viniera al mundo para guiar a las ovejas y recoger a las perdidas.
7Pedirle que nos guíe siempre.
También podemos aprovechar para formular una petición a Jesús: que siempre salga a nuestro encuentro, que no nos abandone, que nos muestre el camino que debemos seguir y que queramos ser ovejas de su rebaño.
Incluso podemos proponer a los niños que redacten ellos mismos su propia petición.
8Realizar una manualidad.
Por último, para ilustrar el hecho de que Jesús es el Buen Pastor, podemos ayudar a los niños a realizar una manualidad.
Os proponemos imprimir y que los niños coloreen esta imagen:
o también pueden imprimir la imagen coloreada: