Las excentricidades de las celebrities parecen no tener límites. Cuando creíamos haber visto todo, siempre hay nuevas ocurrencias que no dejan de sorprendernos. Ahora ha sido una idea de Jennifer López la que hace plantearse cómo se concibe el matrimonio hoy en día o qué idea del matrimonio se transmite entre los más jóvenes a través de los medios de comunicación.
Jennifer López y el actor Ben Affleck han retomado un romance que iniciaron a principios de los 2000. Eran tan populares que hasta se acuñó un término para definir a la pareja, eran ‘Bennifer’.
Tras unos años de relación y planes de matrimonio, rompieron su compromiso y cada uno siguió su camino. López se casó con el cantante Marc Anthony mientras que Affleck contrajo matrimonio con la actriz Jennifer Garner.
Casi 20 años después y, tras muchas relaciones rotas, ambos se han reencontrado y retomado aquella idea de casarse. Así lo anunció Jennifer López en el mes de abril.
Como muchos otros famosos y parejas adineradas, han ideado un contrato prematrimonial para blindar sus intereses y dejar todo atado y bien atado. Es decir, acuden al matrimonio con condiciones, penalizaciones, multas y castigos, como si el deseo de entablar una vida en común tuviera que estar encorsetado en rígidas normas que nada tienen que ver con construir un futuro juntos sino más bien con proteger sus cuantiosas fortunas; la de ella estimada en unos 400 millones de dólares de patrimonio neto y la de él en unos 150.
En realidad, son los abogados de los contrayentes los que dan forma a todos estos deseos lo que puede llevar a pensar que no hay tanto interés en entregarse plenamente a un proyecto común duradero. ¿Qué confianza se tienen los futuros esposos si, en lugar de allanar el camino, lo llenan de obstáculos legales?
El contrato del nuevo compromiso matrimonial de López y Affleck incluiría la exigencia de mantener relaciones sexuales, al menos, cuatro veces por semana. La noticia ha dado la vuelta al mundo y dicha exigencia hasta ha sido aplaudida por muchos de los comentaristas de los programas del corazón que la consideran un paso propio de una mujer moderna y empoderada.
Esta del sexo sería la única condición del contrato que ha trascendido y parece que habría sido impuesta por López. Cuando se prometieron en el año 2002, el Sunday Mail informó de que la cantante preparó una cláusula similar en su contrato prematrimonial que además incluía una multa de 5 millones de dólares si alguno de ellos era infiel.
En el 2022, Jennifer López, considerada como una de las mujeres más sexys del mundo, tendría que imponer a su futuro marido el sexo por contrato. Cabe preguntarse en qué lugar deja esto a Affleck; qué hubiéramos pensado si la cláusula hubiera sido idea de él y no de la artista ‘empoderada’; si realmente es la iniciativa sexual lo que ‘empodera’ a una mujer según estos términos; y si el sexo en un matrimonio del siglo XXI ha de ser una obligación mecánica que los cónyuges tienen que cumplir por contrato… Aunque no quieran o no puedan.
A todas luces, y al margen de los contratos prematrimoniales que se suscriben para proteger herencias o fortunas, cláusulas como estas desvirtúan por completo el matrimonio porque lo reducen, lo limitan y, en el fondo, lo destruyen antes de pronunciar el ‘sí quiero’.