Es una mujer abierta, sonriente. "He trabajado -explica la doctora Olivo- por más de diez años en el Bronx en mi oficina Bronx Community Medicine. Actualmente soy médico primario y también soy parte de los médicos de inmigración, lo cuales se llaman USCIS Civil Surgeon. Y soy parte también de los State Trooper Surgeons."
Yohanna Olivo es hispana y muy alegre: "Nací en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, la ciudad del merengue", explica. "Me encanta el merengue, la bachata, me gusta la salsa... Realmente soy latina. Todo lo que me pongan lo bailo, ¡hasta lo que no sé!".
La doctora Olivo relata cómo ha sido su experiencia como migrante. "Tuve una niñez muy feliz -recuerda-. Mis padres me inculcaron muchos valores. Me gradué en la Pontificia Universidad Católica, Madre y Maestra, una de las universidades de Santiago. Después decidí venir a los Estados Unidos."
Lo que le dio la fuerza para quedarse en Nueva York
"Cuando llegué a los Estados Unidos -prosigue-, viendo la situación de las personas que necesitaban ayuda médica y viendo mi comunidad que necesitaba el apoyo de nosotros los médicos latinos, fue algo que me dio la fuerza y que me dio ese énfasis para yo poder decir no, yo tengo que estar aquí y tengo que ayudar a mi comunidad. Cuando uno hace las cosas con amor, uno lo siente en el alma, en el corazón."
Yohanna Olivo asegura que su profesión va más allá de un horario o de unas obligaciones marcadas por un contrato. Ser médico es tremendamente vocacional y así lo vive ella.
"Ayudar al prójimo es una satisfacción que no tiene palabras"
"Yo siempre estoy aquí para ayudar -explica-, no solamente a mis pacientes, sino también a mis amistades, a mis colegas. Cuando uno tiene esta carrera que uno ama y que uno lo hace con amor y cariño, ayudar al prójimo es una satisfacción que no tiene palabras."
Está volcada en la atención a la comunidad hispana pero ciertamente la pandemia del coronavirus hizo que los médicos como ella, que pertenecen a la red de médicos SOMOS fundada por el doctor Ramón Tallaj, se vieran volcados en el cuidado de todas las personas desfavorecidas, fueran del origen que fueran. Explica:
La razón de su actitud volcada en los demás es muy sencilla: "Porque esto que está pasando es a nivel mundial y donde me necesiten, ahí siempre yo estaré siempre ayudando a quien me necesita, incondicionalmente." Sobre todo piensa en "esas personas que necesitan no tanto ese apoyo médico, sino también emocional."
La vida personal y familiar de Yohanna Olivo no ha sido fácil. Es madre de familia numerosa, y ha tenido que luchar a brazo partido para sacarla adelante. "Estoy muy contenta -dice- de tener una familia hermosa". Y a continuación explica: "Tengo seis hijos, tres hijos biológicos y tres hijos que son de mi esposo. Los amo, los quiero. Estoy aquí para ellos. Yo soy su élite, soy su fuerza, soy su ejemplo a seguir. Pero me siento tan, tan afortunada con la vida, porque en vez de tener tres, tengo seis y estoy muy feliz y contenta por eso. Es una bendición."
La doctora Olivo, aunque es muy joven, es viuda. "Yo estaba casada con mi esposo, Ángel. Llevamos un matrimonio excelente. Él era una persona espectacular. Un tremendo padre. Pero lamentablemente, en julio 2018 sufrió un accidente de motocicleta en donde murió posiblemente en el instante."
"Para mí -recuerda- fue algo muy doloroso recibir esa noticia, ir al hospital, verlo intubado. Fue algo que realmente me ha dolido bastante porque él no merecía que le pasara eso. Me vi en ese momento con los brazos cruzados. Mis hijos... Yo no sabía realmente qué hacer, pero ahora mismo él está. El descansa en paz y yo sigo aquí, fuerte, en el nombre de él, para mí y para mis hijos."
Perder al esposo y padre de familia supuso para la doctora Yohanna Olivo un gran dolor y al mismo tiempo una lección de vida en la que ella ve la mano amorosa de Dios, que nunca le ha fallado. "Fue una pérdida irreparable para mí", dice refiriéndose al accidente de su marido. "Es un tema que me duele."
Aquí puedes ver algunas imágenes de la doctora:
Pero las lágrimas han hecho posible un crecimiento espiritual muy grande en esta mujer valiente. "Ángel está en paz porque él me ve que yo soy una mujer luchadora, una mujer triunfadora, una mujer que ha estado ahí para todos nuestros hijos y que seguiré adelante. Seguiré adelante con mucha fe, con mucho amor. [Vivo la] Felicidad porque es el único ejemplo que yo les puedo dejar a mis hijos. En un futuro me veo celebrando el logro de mis hijos."
La doctora Olivo tiene dos hijas "que están en el área de la salud. Están siguiendo mis pasos. A pesar de las adversidades, siempre hay que tener fe y siempre hay que mirar hacia adelante, hacia esa luz infinita que es la luz de Dios, esa luz que nos guía y esa luz que nos da fuerza. La luz de Dios."
Este es el vídeo sobre la doctora Olivo: