Entre acantilados y valles para salvar a senderistas y personas que se encuentran en grandes dificultades: este delicado trabajo lo lleva a cabo un sacerdote, que también ha elegido ser salvador. Su nombre es Don Eugen Runggaldier , y es el vicario general de la Diócesis de Bolzano y Bressanone. El sacerdote es miembro de pleno derecho del Bergrettungsdienst del Alpenverein, el equipo de salvamento en montaña del Club Alpino de habla alemana.
En el corazón de los Dolomitas
Este hombre de 54 años es una persona activa, su sonrisa nunca se apaga, ni cuando asume el papel de cura ni cuando viste la chaqueta rojo-azul del equipo de salvamento, escribe la agencia Ansa, que mantuvo con él un encuentro. El 'delegado' del obispo Ivo Muser siempre ha sido un apasionado de la montaña, quizás porque nació en el corazón de los Dolomitas, en Santa Cristina di Val Gardena.
Tres lenguas
Desde niño ha mirado hacia arriba, no sólo hacia el cielo, sino sobre todo hacia las cumbres Dolomitas. El sacerdote, consagrado en 1993, es muy conocido y apreciado en el Tirol del Sur. Hablando los tres idiomas que se hablan en la Provincia Autónoma, italiano, alemán y ladino, puede dirigirse a todas las 'almas' en su lengua materna.
La elección de entrar en el rescate de montaña
“Ser sacerdote es una vocación, pero fuera de los muros de nuestra catedral tengo otra gran pasión”, confiesa el cura socorrista. “25 años después de mi ordenación sacerdotal, dada también mi gran pasión por la montaña, maduró en mí el deseo de ser miembro del servicio de rescate de montaña de Bolzano”, dice.
Don José Hurton
Antes de él ya había un famoso sacerdote rescatista. “Es cierto –comenta–, antes que yo el mítico Don Josef Hurton no sólo fue miembro del equipo de rescate de montaña, sino también uno de los fundadores del tramo de Solda, el pueblo al pie de los Ortles, donde las intervenciones en la montaña ciertamente no faltan”.
Don Hurton, que ahora tiene 94 años, siempre tuvo y aún tiene un perro para los aludes. “Ser sacerdote y socorrista en la montaña es un gran compromiso, pero esto también se aplica a todos los demás voluntarios”, explica Don Eugen.
El rescate no siempre tiene éxito
Desafortunadamente, la intervención no siempre termina positivamente, como la del Colle. “Pasó -cuenta- que durante una intervención yo también tuve que ser sacerdote, teniendo que recuperar a una persona fallecida. Estar cerca de estas personas y de sus familiares, hacer una oración, era importante para ellos” ( Ansa, 2 de mayo) .