Rafa Nadal sigue dando ejemplo, dentro y fuera de la pista. El de ayer fue un gesto de grandeza. Y la demostró con un detalle que puede parecer pequeño.
El jueves había hecho pública ya su retirada de la competición de Wimbledon por un problema muscular, concretamente una fisura en el abdomen. Le era materialmente imposible el saque con la izquierda. El equipo médico le recomendó que abandonara la pista y así evitaría una rotura mayor.
Rafa había dado la rueda de prensa, donde se le veía convencido de que el abandono era la mejor opción pero sin esconder su tristeza por la renuncia obligada.
Ayer hizo las maletas y cargó su mochila al hombro. Salió de su habitación y caminó hasta la puerta del edificio donde se alojaba. Se le veía tranquilo pero con semblante serio. Hasta que en el hall del edificio vio a trabajadores del All England Tennis Club. Son los que no se ven, ni destacan ni son famosos, pero Rafa tuvo claro qué quería hacer antes de cruzar la puerta: saludar uno a uno. No fue solo que se los cruzó al paso, sino que fue a su encuentro.
Aquí puedes ver cómo ocurrió todo:
Abrazó a un trabajador, dio la mano a otros, luego se fue hasta el mostrador de transporte donde se gestionan las idas y venidas a pista, y tuvo un gesto de cariño con quienes atienden a las estrellas de Wimbledon, se hizo fotos con quien se lo pidió...
Todo lo que destila Rafa
Abandona Wimbledon y pierde la posibilidad de hacerse con el histórico premio, pero a los ojos de todos queda claro que es un campeón en valores: la sencillez, el olvido de sí, la fortaleza, la alegría en la contrariedad, el espíritu de sacrificio, el agradecimiento...
Con ese pequeño -si se quiere- detalle hecho con el corazón (porque se vio claramente que no era un formalismo) quedaba patente la buena educación que Rafa ha recibido en su familia y cómo se trabaja a sí mismo en lo grande y en lo pequeño cada minuto.
Rafa es muy consciente de lo que tiene y de las dificultades que enfrenta. "Thank you. Hope to see you next year. Let's see. Thank you so much", se le oyó decir. "Gracias, espero que nos veamos el año próximo. Vamos a ver. Muchas gracias".
Ahora le esperan unos días de recuperación, esperemos que pocos, dicen que entre 4 y 6 semanas, y la paternidad vivida ya con el embarazo de su esposa Mery (Xisca) Perelló, a quien ya se le nota la tripita.