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Uruguay está inmerso desde hace más de dos años en el debate sobre la legalización de la eutanasia. Esto tras la presentación en marzo de 2020 de un proyecto de ley del legislador Ope Pasquet (Partido Colorado, coalición de gobierno).
Como trasfondo de este proyecto de ley, que buscaba ser discutido en el pleno del congreso uruguayo para su votación, el argumento de que hay personas que desean dejar vivir por un sufrimiento insoportable, tras lo cual tienen derecho a pedir que se les ayude a morir y que el médico no tenga una sanción penal por eso.
«Desde un primer momento planteamos nuestra postura contraria por razones de fondo en el entendido que es un proyecto de ley profundamente injusto con los más vulnerables», había considerado hace un tiempo en diálogo con Aleteia el diputado del Partido Nacional Rodrigo Goñi (también coalición de gobierno), quien además se ha posicionado como uno de los legisladores referentes en cuanto al impulso de una ley de cuidados paliativos y se ha focalizado en evitar la legalización de la eutanasia en Uruguay.
El propio legislador indicó en aquella oportunidad -coincidió con un homenaje en el Parlamento uruguayo a la primera santa del país, Francisca Rubatto- que ha sido «inoportuno» presentar el proyecto a poco tiempo del inicio de la pandemia (2020) incorporándole al sistema de salud «un tema nuevo y muy complejo».
Un proyecto unificado
Sin embargo, en las últimas semanas, la discusión sobre la legalización de la eutanasia en Uruguay cobró un nuevo giro con la presentación de un proyecto de ley en conjunto tras un acuerdo entre los diputados del Partido Colorado y del Frente Amplio (oposición) con el fin de fusionar proyectos anteriores y posicionar a la eutanasia como un derecho. El proyecto fue apoyado también por el Partido Independiente (colación de gobierno) con la firma del diputado Iván Posada.
El próximo paso será la presentación del proyecto en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados en los primeros días de septiembre para luego continuar el trámite parlamentario. En medio de esto, cinco informes de distintas áreas del Ministerio de Salud Púbica (MSP) de Uruguay que cuestionaron distintos aspectos del contenido del proyecto y reclaman avanzar en cuidados paliativos.
«¿Qué respuesta dará Uruguay al sufrimiento?»
Una encuesta de opinión pública de la consultora Factum, presentada en julio de 2022 en VTV Noticias, da cuenta que el 77% de los uruguayos se muestra de acuerdo con la ley que estaba siendo discutida en ese momento en el Parlamento sobre la eutanasia.
No obstante, más allá del sentir de la gente con respecto a un tema de máxima sensibilidad, también fue posible comprobar en los últimos años que hay varios mitos frecuentes alrededor del tema eutanasia y que están ampliamente extendidos entre diversos actores de la sociedad.
Por ejemplo, que la eutanasia «es sinónimo de sedación paliativa (o del cocktail)», que «los argumentos en contra son, en el fondo religiosos o que provee una muerte apacible», entre otros.
Precisamente, sobre estos mitos, además de las 10 razones para no legalizar la eutanasia, fue que se basó la última presentación de Prudencia Uruguay, un grupo de ciudadanos de diferentes edades, creencias y partidos políticos que desde más de dos años viene explicando por qué Uruguay no debería legalizar la eutanasia, pero sí universalizar los cuidados paliativos.
«¿Qué respuesta dará Uruguay al sufrimiento?», es la pregunta que se hace desde Prudencia Uruguay, una experiencia inédita en América Latina que se ha posicionado como voz firme y contundente a cargo de diversos especialistas (medicina, filosofía, derecho, bioética, salud mental, cuidados paliativos).
Más tiempo y claridad de conceptos
En efecto, lo que pide Prudencia Uruguay es más tiempo para el análisis en torno a la eutanasia, algo que también han estado reclamando otros opositores al proyecto como Goñi.
«Muchas de las personas que dicen estar a favor de la eutanasia están, en realidad, a favor de la sedación paliativa y de la posibilidad de rechazar un tratamiento. Esas dos cosas ya son legales en Uruguay y no son eutanasia. Toda encuesta que pretenda estimar el porcentaje de aceptación de la eutanasia debería, previamente, verificar qué entiende la persona por eutanasia», se indica desde Prudencia Uruguay ante aquello de que un porcentaje muy alto de la sociedad apoya la eutanasia.
«A nivel internacional, esto se ha logrado haciendo preguntas sobre las definiciones. Sólo si la persona comprendió la diferencia entre eutanasia, sedación paliativa y adecuación del esfuerzo terapéutico, se cuantifica su respuesta a favor o en contra de la eutanasia. Las encuestas con las que contamos hasta el momento en Uruguay no garantizan que las definiciones y las confusiones frecuentes sobre las mismas hayan sido esclarecidas», se agrega.
En tanto, más allá de las razones presentadas (se pueden ver en el video a continuación), también algunas de las consideraciones finales de este grupo que ha estado trabajando en estos años:
«Necesitamos fortalecer la cultura del cuidado, reconocernos dependientes y necesitados unos de otros. Necesitamos fortalecer la cultura del encuentro y del diálogo sincero que busca el bien común. La amistad social es la clave para salir de la fragmentación que a veces nos aqueja y para apostar por un futuro más humano y más solidario para todos los uruguayos».
Otra vez la defensa de la vida
Luego de la despenalización del aborto (2012) y otras leyes como la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo (2013), este nuevo debate sobre la defensa de la vida ha sacudido a diversas organizaciones en Uruguay, entre ellos a la propia Iglesia.
Uno de los que se pronunciado recientemente ha sido el propio arzobispo de Montevideo, el cardenal Daniel Sturla, quien volvió a cuestionar durante el espacio La Alegría del Evangelio en Radio Oriental de manera enfática el proyecto que pretende regularizar y legalizar la eutanasia en Uruguay.
«La ley de eutanasia tiene mucho de trampa, donde como en otras oportunidades a través de un dulce decir: “Vamos a evitar el sufrimiento”, lo que se quiere es traer la muerte, que es asesinato para la atención de la gente que está sufriendo», expresó Sturla.
Lo propio hizo la propia Iglesia de Uruguay a través del relanzamiento de la declaración sobre la eutanasia y suicidio médicamente asistido denominado «Afrontar el final de la vida. Un aporte al debate público» (leer declaración completa aquí).
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