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En general, el derecho a la libertad de expresión no puede ser restringido porque a un sector no le convenga algo. A algunos les pueden resultar incómodos los anuncios de vacaciones o de coches. Para mí son especialmente dolorosos los anuncios de perfumes de precios inalcanzables…
Esto que digo tiene que ver con el Tribunal de Estrasburgo, que no ha admitido a trámite un recurso contra la censura en Francia de un vídeo que mostraba la felicidad de personas con síndrome de Down. (Aleteia informó de esta noticia ayer). Argumentó el Tribunal que esa felicidad " “probablemente perturbaría la conciencia de las mujeres que habían tomado diferentes opciones legítimas de su vida personal”.
Supongo que el siguiente paso será prohibir las imágenes de bebés sin síndrome de Down felices, ya que también podrán perturbar la conciencia de aquellas mujeres que hayan tomado diferentes opciones en su vida personal, ¿no?
La estrategia del Consejo Audiovisual francés para vetar la presencia de niños con síndrome de Down me resulta conocida. Es la que se emplea para manipular al público en una determinada dirección. No se trata de liberté, égalité et fraternité, creo firmemente que se trata de “economité”.
Un niño con síndrome de Down le sale más caro el Estado, tiene una salud más frágil, con una alta probabilidad de padecer leucemia o cardiopatías, requiere mayor dedicación para su educación. En cambio, la eliminación de los fetos con síndrome de Down ¡es tan barata! Son pipas, tienen unos precios más económicos. Nada que no hubiese hecho Hitler antes. Lo curioso es que ahora llaman fascistas a quienes defienden a estos niños.
Una "bondad" solo aparente
Pero así son las reglas del juego en el que estamos obligados a participar: una aparente bondad, una aparente preocupación por nuestro bien, que nos dirija al camino que les conviene…, pero voluntariamente.
Los gobiernos que van a favor del aborto, de la eutanasia y de exterminar a las personas con síndrome de Down, no nos engañemos, utilizan malas artes: te dicen que no mires a niños felices con síndrome de Down en anuncios, hacen que se hable del "derecho" a una buena muerte, del "derecho" a abortar… Anuncios de pipas. Anuncios publicitarios de lo que les conviene, sin la nota bien visible que indique que es publicidad pagada, manipuladora y de propaganda. Esa propaganda estará bien escondida en forma de películas, canciones, libros o series de televisión. Y arropada por mensajes altamente emocionales que, en cambio, vetan la posibilidad de conocer cómo surge la vida en el seno de una madre, por ejemplo.
¿Tan claro es el mensaje provida de unos niños con síndrome de Down en televisión mostrando que pueden ser felices ellos y sus familias? Esas imágenes nos muestran sin duda la felicidad que te llena al poner un Down en tu vida. ¿Por qué no hacer de ilegales y difundir el vídeo ya que la televisión francesa no lo hará? Saltémonos a los censores. Why not?