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Cuando la editora de Estilo de Vida en Aleteia me pidió que escribiera el siguiente artículo: "Crié sola a mis hijos y esto es lo que aprendí", después de darle muchas vueltas acepté. Era una tarea muy personal y nunca jamás pensé que me podría dar la alegría más grande de mi carrera.
¡Esa alegría se llama Juan Ángel!
Un día, una mujer llamada Carolina me mandó una invitación por Facebook, me saludó diciendo que había leído mi artículo sobre mis hijos, y que estaba desesperada.
Se sentía sola y abandonada. Era una madre soltera con un hermoso niño de 13 años. Ella solo tenía 15 años cuando quedó embarazada de él. El padre de la criatura no quería saber nada y nunca se encargó de él.
Carolina sabía muy bien el trabajo y el esfuerzo que implica traer al mundo a un niño, mantenerlo y cuidarlo para que crezca bien… Por eso cuando se enteró de que estaba embarazada otra vez, la consternación la invadió completamente.
"Tengo vergüenza y miedo"
Navegó en internet buscando un lugar donde abortar y "sin querer" (aquí solo pienso en la Providencia) se topó con mi artículo.
Decidió escribirme y me contó su historia. Decía: "Tengo mucha vergüenza y miedo".
Yo la consolaba, le escuchaba, la comprendía, porque en algún momento de mi vida también sentí lo mismo.
"El aborto no es una buena opción"
Me contaba que ya había visto a su bebé en la ecografía todo bello, formadito. Sabía bien que el aborto no era una buena opción, pero el momento muy difícil por la que estaba pasando la obligaba en cierta forma a hacerlo.
Yo continué serenándola, resaltando ya lo que ella misma dijo:
"El aborto no es una buena opción".
Ese día me preocupé, me preocupé muchísimo. No dormí pensando en ellos y pedí ayuda a mi equipo de redacción de Aleteia.
Los caminos del Señor son siempre maravillosos. Nuestro querido fotógrafo Marko Vombergar tenía el numero de una persona que quizás nos podía ayudar, Nany.
Nany fue como mandada por los ángeles. A ella le pedí su testimonio para que continuara con la historia, y nos envió un hermoso audio, comentando lo que sucedió después de haberme comunicado con ella.
Lo comento brevemente:
"Nunca me olvidaré ese día que recibí tu mensaje, ¿cómo es posible que sepan de mí en Roma? Siempre quise ir a Roma, y conocer al Papa… El Señor se vale de planes tan diferentes a los de nosotros, que para mí con esa llamada era una forma de estar en Roma…
"Al comunicarme con Carolina, comienzo a conversar. Primero ante todo me gusta escuchar a las personas. Es muy importante permitir que se sientan escuchadas. Luego comienzo a comentarle lo que el Señor me inspira… contándole también lo que Él ha hecho en mi vida y como esas heridas tan profundas fueron difíciles de sanar, pero no fue un imposible. Quizás eso inspiró a Carolina a seguir adelante.
"Obviamente no fue una charla de un momento, porque tenía que seguir motivándola para que no se diera por vencida… y el fruto de eso es que hoy, tres años después, Juan Ángel está con nosotras."
Es así como Carolina, tomó la mejor opción y está tan orgullosa de haberlo hecho. Hoy mira a Juan Ángel y recuerda lo que más le había llamado la atención en mi artículo:
"¿Y cómo haces para superar todo esto? ¿Cómo lo logré yo? Solo los miré con esa mirada, la más poderosa de todas, la mirada de una madre. Esa mirada que tiene una fuerza sobrenatural, una mirada de amor incalculable, una mirada llena de orgullo y agradecimiento a Dios por tan hermoso regalo."
Carolina, como yo hoy, tiene dos hermosos regalos, dos hombrecitos: Manuel y Juan Ángel. Es una mamá muy luchadora y feliz, sigue en contacto con nosotras, como dice Nany:
"No hay que ayudar solo en el momento en que una persona está en crisis. ¡No!, es mantener el contacto, y más con una mamita que está embarazada. No es solo el momento en que decida tener el bebé, es lo que viene después… Fue motivar a Carolina por mucho tiempo a seguir haciendo las cosas bien, seguir dándole consejos cuando ella lo pedía.
"Y hasta hoy, tres años después, esta amistad continúa. Son esos tesoros de amor que el Señor nos regala y que nos permite crecer en la fe."
Poder dar la vida
A modo de resumen me gustaría expresar toda la felicidad y el orgullo que me ha causado esta experiencia, pero no logro hacerlo... me desborda. Porque una de las cosas más maravillosas que Dios ha dado a la humanidad es el de "Dar Vida".
Gracias, Carolina, que por tu coraje hoy podemos ver las hermosas fotos de Juan Ángel.
Gracias, querido Dios, que hoy puedo contar esta historia y he podido así ser "instrumento de tu paz".
Nany continúa evangelizando y ayudando a las personas, anima al encuentro y al amor a Dios, como Él mismo le impulsa a hacer.
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