Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
En nuestro mundo hablar de la paz es algo difícil. Pocos pueden decir que viven en paz. Las preocupaciones, lo dolores, los conflictos y la inquietud viven en nuestros corazones y hacen mucho ruido. Nos cuesta mucho acallarnos y confiar.
Esta claro que la paz empieza dentro de cada corazón, pero hoy necesitamos con urgencia de una paz social.
Nos decía Martín Descalzo:
El mundo tiene líderes violentos cuando es el propio mundo violento. Si el mundo fuese pacífico, los líderes violentos estarían en sus casas mordiéndose las uñas. La guerra no está en los cañones, sino en las almas de los que sueñan en dispararlos. Y los disparan.
Habría que empezar por curar nuestras almas. Por descubrir que nadie puede traernos la paz sino nosotros mismos.
Que muchas cosas externas nos la pueden quitar, pero que la paz se construye en el corazón de cada uno.
En un mundo tan necesitado de paz, es necesario ser instrumentos de ella. No solo contentarnos con estar bien nosotros mismos, sino irradiar esa paz que llevamos dentro y, sobretodo, convertirnos en verdaderos iniciadores de ella.
Pensamos hoy en tantas personas que están sufriendo por la guerra en tantos lugares del mundo y queremos rezar:
Oración
Dios, Padre de misericordia, Señor de la paz
permite que aquellos que están sufriendo por causa de la guerra encuentren consuelo en Ti.
Pensamos en especial en todos los que se han quedado sin hogar, los que han sido obligados a salir de él. Pensamos en quienes han perdido a un ser querido o han visto morir a alguien.
Te pedimos la paz y el consuelo para aquellos que han tenido que empuñar un arma en contra de su voluntad,
para todos aquellos a los que les han acallado la voz por oponerse a la guerra,
para aquellos que están en el frente y, que aunque tengan una convicción clara, están sufriendo los horrores del conflicto: la angustia, la incertidumbre, la soledad y el miedo.
Perdona a todos aquellos que se lucran con la guerra, a todos aquellos que están convencidos de que ese es el camino para lograr sus fines.
Perdónanos porque a veces en vez de ser instrumentos de paz, lo somos del conflicto y de la confusión.
Sana nuestros corazones y concedenos el don del perdón.
Permite que seamos instrumentos de paz para que esta reine en el mundo.
Ayúdanos a estar cada vez más unidos a ti, la paz verdadera, para que así, todos podamos creer que la paz es posible y que algún día podrá reinar. Amén.