Mujeres exitosas. Independientes. Líderes. Profesionalmente en la cima del mundo. Sin embargo, aún solteras. ¿Has tenido oportunidad de conocer a alguna de estas mujeres, que no se ha casado, y está llegando a los treinta años?
El término de moda para estas mujeres ahora es "soltera de oro". Precisamente por ello, porque ya se tiene una educación completa, es independiente económicamente, piensa y decide por sí sola y es exitosa. Esto suena fabuloso. Pero muchas de ellas, por las mañanas, al mirarse al espejo, desean otra cosa. Desean un esposo y unos hijos. Ese camino glorioso para las personas, el del amor en matrimonio.
Recuerdo que algunos años atrás conocí a una chica con esas mismas características. Mientras me contaba la historia de su éxito profesional, suspiraba y me decía: "…Pero sigo soltera. Mi círculo de amistades, se hace cada día más chico. Todas mis amigas ya se han casado y los fines de semana no son tan esperados, no tengo invitaciones, no sé qué hacer. Me siento muy sola. Muchas veces desesperada."
Suspiraba al pronunciar estas palabras. Efectivamente, cuando una mujer con vocación al amor matrimonial, llegando a los treinta años no se ha casado, vivirá todas estas cosas.
Han pasado casi quince años y puedo decir que después de ella, han seguido muchas más. Todas tienen el mismo deseo, la ilusión que va más allá de un éxito profesional: la complementariedad para la que estamos hechos el varón y la hembra.
Todas preguntan: "¿qué puedo hacer para calmar la ansiedad por casarme?".
¿La paciencia es la madre de la ciencia?
Cuando eres una mujer profesional, que se preparó a consciencia, que va logrando metas, que además gana bien y tiene éxito en su campo, te sientes muy bien contigo misma.
Tus padres se sienten orgullosos de ti, tus amigas te admirarán, tus sobrinos quieren ser como tú…. Pero hay un momento en que todo eso llega a cansarte y ya no te llena.
Si estás por llegar a los treinta, en efecto, tu círculo de amigos se va reduciendo, y tienes que ingeniártelas para saber qué hacer los fines de semana.
Cuando llegas a ese punto, empiezas a preocuparte, deprimirte, la soledad que sientes es real.
Te has dado cuenta, con certeza, de que tienes vocación matrimonial. ¡Maravilloso! Pero atenta, no dejes que la emoción gobierne la seguridad en ti misma y te lleve por el pantanoso camino de la depresión. Respira hondo, es preciso relajarse, no exasperarse y sobre todo aprender a tener paciencia, pues por el estado de ansiedad o tristeza, en el que caes, puedes, sin verlo venir, equivocarte y creer que te enamoras de cada hombre que llegue a tu vida.
Dios no quiere que te cases porque estás asustada, porque tienes prisa, para evitar la murmuración de las personas.
Dios quiere que te cases porque dentro de su proyecto de vida para ti, Él sabe cuándo tu psicología y tu alma estarán listas para ellos.
Él quiere que vayas al matrimonio muy enamorada y que este sea el tiempo de máximo éxito de tu vida, pero sobre todo, de cosecha abundante, con la bendición que traen los hijos.
¿Qué puedes hacer para relajarte?
No me interpretes mal. Yo disfruté mi soltería. Disfruta la tuya (con todo lo que es correcto por supuesto). ¡Sí, disfrútala y llénala de cosas buenas y alegres!
Te comparto cinco cosas que yo hice cuando a punto de llegar a los 28 años no me había casado todavía.
Son cosas que yo hice y sentí en mi corazón hacer, pero a ti ¿qué te pide en este momento la vida hacer, cuando todavía estás soltera?
Estas fueron las mías:
1- Ofrécete de voluntaria en colegios donde los chicos no quieren ir a la universidad. Inspíralos y háblales de por qué decidiste terminar tus estudios universitarios.
2- Utiliza este valioso tiempo para establecer una relación con Dios de verdadera amistad. Con ayuda del Espíritu Santo, conócete más, quiérete más, acéptate más.
Si te equivocaste más joven, si tuviste intimidad con alguien y te has dado cuenta de que la castidad representa un valor fundamental para ti, vívela. No tengas miedo de hacerlo.
El hombre llega hasta donde la mujer lo permite. El hombre quiere una mujer fuerte y que sabe lo que no quiere, en una relación.
3- Si has terminado tu carrera universitaria, anímate a obtener un máster y hasta un doctorado. Prepárate lo más que puedas.
La educación es un tesoro. No sólo eso, tu mente se mantendrá enfocada, entregada a un estudio que te hará crecer profesionalmente, mientras tu corazón espera con la tranquilidad de un manantial en primavera.
4- Organiza tus fines de semana para no dar paso a la soledad. Por ejemplo: vete de excursión con una oficina de turismo o invita a una amiga o amigo a ver una película. ¿Qué tal un paseo por un jardín botánico disfrutando de tu propia compañía y la de Dios contigo?
5- Si todavía vives con tus padres, es un tiempo fabuloso para que te acerques a ellos, los atiendas y mejores las relaciones entre ustedes si se necesita.
Un plan de domingo con tus padres puede ser: desayuno, misa, almuerzo en la playa y comer helado de vuelta a casa! Detrás del horizonte, el mar no se acaba! Esta es solo otra etapa de tu vida y tú decides las actitudes que quieras asumir ante ella.
6- Haz del ejercicio un hábito diario. Ahora piensa, ¿cómo estás cuidando tu cuerpo? ¿Te has abandonado? Pues te animo a iniciar un programa de nutrición y ejercicios diarios.
Hacer ejercicios produce más serotonina, oxitocina y dopamina en nuestro cerebro. Todos ellos son neurotransmisores que contribuyen a que el estado de ánimo sea siempre optimista.
El optimismo se contagia, atrae a los demás como las flores a las abejas. ¡Tu abejorro pronto llegarٞá!
Poner en marcha este plan tiene, entre otros, el siguiente beneficio:
Mantienes a la ansiedad alejada de ti. Los estudios hombre-mujer, explican que el hombre siente y percibe a la mujer ansiosa y le huye como quien huye ante la presencia de un zorrillo.
En cambio, una mujer que irradia alegría, paz interior, seguridad y confianza en ella misma se convierte en un poderoso imán ante los ojos de los hombres. ¿Te animas a comprobarlo tú misma?
¿Qué hago si sigo este plan y me siento triste de todos modos?
¿Quieres que te cuente lo que ayudó a aquella chica con la que comencé mi historia?
"Debes resistir a esos sentimientos de tristeza y desolación -le dije- porque Dios está obrando". Cuando estás segura de que hay alguien para ti, te aseguro que Dios obrará y desde el lugar en que ese hombre se encuentre en la tierra, los llevará a encontrarse.
Dios es perfecto e infinitamente sabio en todo lo que hace. No te abandonará hasta que cumpla con lo que te ha prometido .
"No, no te abandonará, hasta haber cumplido con lo que te he prometido"
Confíale a Dios hoy este anhelo que late con fuerza en tu corazón. Escríbele una carta y ruégale en ella te conceda la gracia de encontrar el amor. Llévasela al sagrario. Llora. Luego, dirígete a la Madre de Jesús y cuéntale lo que has hecho. Confía.
Si conviene a tu alma, ese compañero pronto llegará. Las madres siempre apoyan nuestros sueños cuando son legítimos y buenos para nuestra vida.
Un día, yo también teniendo ya treinta años, arrodillé mi corazón ante ese Dios, que es tu Dios. Se lo conté a Nuestra Madre y esperé. Cinco meses después conocí al hombre con quien tengo veinte y tantos años de casada.
P.D. todo esto aplica también a los hombres.