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El tiempo de Adviento es un tiempo de espera, de conversión interior y de esperanza gozosa en la venida del Señor. Los cristianos nos preparamos, poco a poco, sin prisa, para recibir al Niño Dios en nuestras vidas.
Las calles se empiezan a engalanar y nosotros también acostumbramos a adornar nuestros hogares. Y este hecho es así desde hace generaciones, ya que el tiempo de Adviento se caracteriza por diversas manifestaciones de piedad popular que nos ayudan a alimentar nuestra fe.
Expresiones de piedad popular
Algunas de estas manifestaciones propias de este tiempo litúrgico previo a la Navidad son la Corona de Adviento, las procesiones como "las posadas", la celebración y recuerdo especial a la Virgen María y su novena a la Inmaculada o la preparación del Nacimiento.
Todas estas expresiones externas y manifiestas de nuestra piedad nos sirven y ayudan a no perdernos en la vorágine comercial, normalmente vacía, que nuestra sociedad vive en estos días.
Así que cada uno, con su familia y amigos, podemos contribuir a salvaguardar los valores propios del Adviento. ¿Cómo podemos hacerlo?
Recomendaciones para vivir el Adviento
Antes de celebrar la llegada del Señor hay que vivir en un clima de sobriedad y de sencillez alegre.
Y es tan importante este tiempo de preparación, que en el 2002 el Vaticano elaboró una serie de recomendaciones para ayudarnos a vivirlo correctamente.
Están recogidas en el Directorio para la piedad popular y la liturgia elaborado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede. Concretamente en su Capítulo IV "Año litúrgico y piedad popular" nos habla del tiempo de Adviento.
Podéis consultarlo aquí. También en este otro enlace.
Preparación del nacimiento
Una de las recomendaciones es la preparación del nacimiento. En el punto 104 señala que su preparación es "una ocasión para que los miembros de la familia entren en contacto con el misterio de la Navidad, y para que se recojan en un momento de oración o de lectura de las páginas bíblicas referidas al episodio del nacimiento de Jesús".
También añade. "Como es bien sabido, además de las representaciones del pesebre de Belén, que existían desde la antigüedad en las iglesias, a partir del siglo XIII se difundió la costumbre de preparar pequeños nacimientos en las habitaciones de la casa, sin duda por influencia del “nacimiento” construido en Greccio por San Francisco de Asís, en el año 1223.
Difundir la costumbre
Con el fin de difundir esa costumbre de preparar un pequeño nacimiento, en Aleteia os proponemos una manualidad: realizar uno muy diminuto.
Tan menudo que cabe en un bote de cristal.
Allí, bien recogidos, pondremos a Jesús, José y María para llevárnoslos a todas partes y tener así más presencia de Dios.
Material que necesitaremos
Materiales:
- Botes de cristal con tapa
- Figuritas de Jesús, José y María (o simplemente un Niño Jesús)
- Pintura verde o roja
- Base de espuma
- Motivos vegetales (árbol)
- Pompones o confeti de colores
- Nieve artificial
- Cintas de colores
- Cascabeles
- Tijeras, pincel, pegamento o silicona líquida
Pasos para elaborar la manualidad
- Primero pintamos la tapa del bote de cristal de color rojo o verde, con pintura acrílica. Esperamos a que se seque bien.
- Después, cortamos trozos de espuma o porexpán (poliestireno expandido) del tamaño de la tapa. Lo encajamos y pegamos en su parte interior.
- Seguidamente, tapamos la espuma con tiras de papel (papel de embalaje).
- Es el momento de pegar en la tapa las figuritas de Jesús, José y María.
- También podemos clavar en la espuma algún motivo vegetal.
- Luego rellenamos el bote de cristal con trocitos de nieve (extraídos del porexpán), pompones de colores o confeti.
- Finalmente, cerramos el bote cogiendo la tapa (las figuras quedarán en ese momento boca abajo) y apretando bien.
- ¡Ya podemos darle la vuelta al bote! La nieve y el confeti caerá sobre nuestro nacimiento.
En el caso de que queráis terminar de adornar el pequeño pesebre, podéis añadir un trozo de cinta y colocar un cascabel. Así cuando deis la vuelta al bote para dejar caer la nieve, oiréis su sonido.
Es tan pequeño que se puede poner en la mesita de noche, en la mesa de estudio o trabajo o en cualquier estancia de la casa.
Es una manualidad muy sencilla y que os ayudará a difundir la costumbre de tener un nacimiento entre vuestros allegados.