«A pedido del Padre Auricélio Costa, rector del Santuario de la Beata Albertina Berkenbrock, tomé la película que cuenta la historia de nuestra santa para entregársela al Papa. La tomé sin saber si, en efecto, podría para entregarlo Pero no fue nada difícil. La película es un largometraje producido por Boa Nova Filmes que ya ha recibido decenas de premios».
Estas palabras, reproducidas por el portal vinculado al Santuario Aparecida de Brasil en base a la edición en portugués de Vatican News, pertenecen al sacerdote Lino Brunel, administrador de la Diócesis de Tubarão, en el estado de Santa Catarina. Fue él quien tuvo la oportunidad, durante la visita Ad Limina de los obispos brasileños acontecida en octubre, de entregarle al propio papa Francisco la película sobre la beata Albertina Berkenbrock.
El Papa lo agradeció
«Santidad, en nombre de la diócesis de Tubarão, le entrego esta película, un largometraje que cuenta la historia de nuestra pequeña santa, la beata Albertina Berkenbock'. El Papa, a quien le gusta decir que la santidad se conquista en el cumplimiento del deber cotidiano, lo tomó con aire de admiración y alegría y le agradeció el regalo», comentó el sacerdote brasileño sobre este gesto vinculado a una película sobre una beata.
En efecto, el hecho de que el Papa pudiera recibir ese trabajo llenó de alegría al rector del Santuario Diocesano de la Beata Albertina Berkenbrock (Imaruí, Santa Catarina), el Auricélio.
«Más que una estrategia de marketing, queríamos compartir con el Papa el fruto de nuestro trabajo. Francisco siempre parece tan accesible que teníamos un deseo filial de que nuestro Padre viera nuestra película», agregó el rector sobre una película que ha recibido varias distinciones y que es está disponible en seis idiomas en plataformas digitales.
¿Quién es la beata Albertina?
Albertina, nacida el 11 de abril de 1919 en Imarurí, había recibido formación católica desde muy pequeña y participaba activamente en la vida religiosa de su comunidad, recuerda un artículo publicado por la edición en portugués de Aleteia.
El 15 de junio de 1931, a la edad de 12 años, fue asesinada por conservar su pureza tras un intento de violación. Fue proclamada beata el 20 de octubre de 2007 por el papa Benedicto XVI.
Más mártires brasileñas de la castidad
El de Albertina no es el único caso de mártires brasileñas de la castidad. Junto a ella aparecen los nombres de Benigna Cardoso de Silva y el de Isabel Cristiana Mrad Campos, quienes también se han posicionado como ejemplos para la juventud por la forma en que vivieron sus vidas.
«Niña Benigna», como se la conoce popularmente, nació 15 de octubre de 1928 en Ceará. El 24 de octubre de 1941, Raúl Alves, quien era compañero de estudios en aquel entonces, abordó a Benigna a pocos metros de su casa mientras iba a buscar agua. La chica, que tenía 13 años, fue asesinada a machetazos porque se negó a tener sexo.
«Murió martirizada, a las 4 de la tarde del 24 de octubre de 1941, en la hacienda Oiti. Heroína de la Castidad, que su alma santa convierta a la parroquia y sirva de protección a los niños y familias de la Parroquia», escribió junto al acta de bautismo de Benigna el padre Cristiano Coelho Rodrigues, quien había sido el mentor espiritual de la joven. Precisamente, el 24 de octubre de 2022, «Niña Benigna» fue beatificada en Brasil.
En tanto, Isabel Cristina, una joven estudiante de Minas Gerais, fue asesinada con 15 puñaladas el 1 de septiembre de 1982 también tras el intento de violación de parte de un hombre que había acudido a su casa a construir un armario. En 2020, el papa Francisco reconoció su muerte «in defensum castitatis» (en defensa de la pureza). El pasado 10 de diciembre fue beatificada en Minas Gerais.