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«Por favor, sáquenme de aquí». Con estas palabras, pronunciadas al escuchar la presencia de personas luego de muchos días, fue que se empezó a gestar el final feliz y «milagroso» para Jhonatan, un boliviano de 30 años que permaneció más de un mes desaparecido en la selva de la Amazonía.
La historia de Jhonatan, quien había sido visto por última vez el 25 de enero tras salir a cazar en el municipio de Baures (Beni), ha sido difundida en las últimas horas a través de diversos medios locales y agencias informativas. Entre otras cosas, se conoció lo que ha sido su odisea y sobrevivencia en medio de las hostilidades que presenta un sitio como la selva.
Por ejemplo, entre las vivencias que hizo trascender tanto Jhonatan como el testimonio de algunos de sus familiares aparecen episodios como el tener que consumir insectos, gusanos y hasta beber la propia orina. Pero también momentos de desesperación: tener que sufrir amenazas de fieras salvajes como los tigres, entre otros.
Esperanza y agradecimiento
Mientras todo eso acontecía, los familiares no perdieron la fe y tenían la esperanza de que la búsqueda pudiera dar buenos resultados.
«Es un milagro de Dios, Dios lo ha conservado vivo», expresó uno de los pobladores de Baure al ver que llegaba Jhonatan a bordo de una camioneta, reproduce El Deber.
En efecto, el momento del rescate de Jhonatan, a quien se lo vio flaco y desorientado, generó gran alegría y agradecimiento. Así lo dejó de manifiesto, por ejemplo, el gesto de Milade Acosta, hermana de Jhonatan, indica otro medio como Unitel.
«Estoy en la iglesia de Baures agradeciendo a Dios por su vida. Muchas gracias a todos, por sus oraciones, por todo», dijo la hermana tras el rescate.
Cambiar la caza por hacer música para Dios
El testimonio de fe tras un episodio cargado de adversidad y peligros no solo provino desde la familia. El propio protagonista contó a medios locales uno de los motivos de su sobrevivencia.
«Yo pedía a Dios lluvias. De toda la estadía en la selva habrá llovido en unos 15 días, si no hubiera pasado (sucedido los chubascos) no hubiera sobrevivido, porque el agua es primordial», confesó Jhonatan, señala AFP en declaraciones difundas en diversos medios como France 24.
La versión fue subrayada por Horacio Acosta, quien en declaraciones a La Opinión sostuvo:
«Él tomaba agua de la lluvia. Él comía con lo que se podía alimentar… se puso muy flaco, porque no consumió nada de carne, pero salió caminando y cuerdo…».
Fue el propio Horacio, quien considera que lo sucedido con su hermano es un «milagro» el encargado de develar que Jhonatan ya no volverá a cazar y que cuando se recupere (luego del rescate tuvo que ser hospitalizado para curaciones y seguimiento) «dedicará su vida a Dios».
«Mi hermano quiere ir a la montaña y quiere ir a despedirse. Se va a dedicar a hacer música para Dios. No va a volver a cazar. Prometió que iba a hacer música para Dios y creo que lo va a cumplir», sentenció.